22: ¿Victoria o Derrota?

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Nathaniel

Ya se lo que está planeando los Rein.

Me encuentro en mi trono leyendo un libro tranquilamente mientras elaboro la estrategia que les tengo preparada.

Sonrío de medio lado, creen que van a venir a meterse a mi ciudad sin pagar las consecuencias, y queriendo matar a mis hombres en el proceso.

—Su majestad, la sala de reuniones ya está lista y todos lo estamos esperando.

Asiento y cierro el libro para dejarlo encima de una mesa.

Reuní a todos mis hombres y mis contactos para informarles sobre todo y lo que deberán hacer. 

<<No quiero ninguna sorpresa>>

Entro a la sala sin mirar a nadie y me siento en el asiento de la punta de la mesa, entrelazando mis manos después.

—Necesito que me escuchen muy bien —pauso para ver a todos a los ojos antes de seguir —los Rein nos quieren atacar para rescatar a mi prisionero, por ende en cualquier momento pueden venir. Debemos estar preparados.

—No se preocupe, no dejaremos que nadie ataque nuestra ciudad y a nuestros familiares o amigos.

Pronuncia Tyler, uno de los guardias.

—Cuanto más gente se entere y esté en alerta mejor, la primera cosa que les voy a pedir es esa.

Todos asienten.

—La segunda, es que se armen y tomen el liquido que les dará Julio.

—¿El brujo?

Pregunta un vampiro.

—Sí, encargué suficientes recipientes para que todos tomen uno cada uno, les servirá para que no logren usar magia en ustedes.

—¿Tan inteligentes crees a esa familia como para que utilicemos protección contra cualquier tipo de magia?

Lo miro a los ojos fijamente.

—Con ellos nunca se sabe, lo que sí sé es que tienen que siempre esperar lo peor.

Todos asienten.

—Y por último, quiero que uno cambie de lugar al prisionero, no lo quiero tan cerca si sus familiares vienen. Tienen armas de todo tipo en la caja fuerte como siempre, y cierren las puertas de su casa porque las calles arderán esta noche.

—Sí, su majestad.

Responden al unísono.

<<Sería un suicidio que se metan a mi castillo sin pedir permiso>>


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—¡Majestad! ¡Nos acaban de informar que hay gente desconocida viniendo para esta zona.

No podía dormir y me quedé en mi trono tomando vino, mientras pensaba en el mayor castigo que le podría dar a Maxwell Rein por culpa de su abuelo por no haber obedecido a mis ordenes.

Me levanto dirigiéndome a las escaleras que llevan a la parte más alta del castillo, donde puedo ver toda la ciudad.

Al llegar, uno de mis guardias apunta con el dedo hacía una dirección y yo la sigo con la mirada.

A lo lejos logro reconocer a las personas que se acercan. Phillipe el mayor de los hermanos, con un arco y porta flechas colgado en su hombro y su cabello rubio recogido. Estoy casi seguro que lleva más armas con él pero no logro verlas a lo lejos.

Atracción Prohibida ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora