16: ¿Maxwell Rein con prometida?

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Sabina

Temía que me diera un ataque de ansiedad en pleno examen.

Ya estaba en los últimos del semestre y fracasar en alguno no estaba en mis planes.

Salí del salón con mi mochila sobre el hombro y tratando de tranquilizar mi respiración. Pero algo que escuché en el pasillo mientras caminaba hacía la entrada me llamó la atención.

—¿Escucharon que el rey está buscando prometida?

—¿Qué? ¿Maxwell Rein con prometida? 

—¡SÍ! ¡Lo leí esta mañana en el periódico y no lo podía creer!

Puse mala cara solo con escuchar la voz chillona de el grupo de chicas con las familias más ricas de la universidad y de Roma misma después de la familia real.

—No dejes que te afecte Sabi.

Me sorprendo al encontrar a Paula a mi lado, mi mejor amiga puede ser muy cautelosa cuando quiere.

Aprieto la boca sin saber que decir.

—Tienes que distraerte, ¿qué harás el fin de semana?

—No tengo ni idea, si fuera por mí me quedaría en cama viendo películas o escuchando música sin pensar en nada ni nadie.

Me despido con un beso en la mejilla y tomo un vehículo de camino al castillo.

Mientras miro la ventana se me vienen a la mente mil ideas diferentes.

¿Por qué Max estaría buscando prometida ahora? Si tenía conocimiento de los lazos reales, y que para tener un mejor perfil social era mejor tener una esposa. Pero nunca creí que él aceptara ser de el montón.

Al llegar bajo y le doy gracias al chofer antes de entrar al castillo.

Toco el timbre y enseguida me abre una chica castaña que debe de tener dos o tres años menos que yo. Ojos color avellana y baja estatura, pero linda figura.

Fruncí el ceño.

—Hola, ¿quién eres?

Cuestiona.

—Te iba a preguntar lo mismo, soy Sabina Walker. Mucho gusto.

Extiendo la mano pero ella no me la recibe así que la bajo.

—¿Y qué vienes a hacer aquí?

—¡Mi amor! ¡Por fin llegaste!

Caleb aparece bajando las escaleras y cuando la chica se hace a un lado se aproxima a saludarme con un beso en los labios.

Solo con rencontrarme con esos ojos verdes tranquilizadores me olvido del momento de tensión de hace un rato.

Sonrío.

—Hola, te extrañé.

—Yo también.

Me devuelve la sonrisa y se voltea para ver la chica a su lado.

—¿Y tu quién eres?

Ella sonríe demostrando inocencia pero su mirada es de mentirosa patológica. 

—Me llamo Luna, soy hija de Nuria.

Nuria es una de las empleadas.

—Está bien, mucho gusto Luna. Pero, ¿nos podrías dejar solos?

Ella asiente y me mira con mala cara antes de retirarse.

—Caleb, ¿cómo es eso que Max está buscando prometida?

Atracción Prohibida ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora