25: Traición Revelada

55 2 0
                                    

Sabina

—¡¿CÓMO QUE HICISTE UN TRÍO CON LOS REIN?!

Tapo la boca de Paula al instante y miro a todos los lados asegurarme que nadie nos haya escuchado.

—¿Estás loca? Cómo lo gritas así...si algún periodista te escuchara sería primicia de primer plano.

Separo mi mano de su boca.

Ella me dedica una mirada de disculpa.

—Perdón, es que me tomaste por sorpresa. 

Hago un movimiento con la mano restándole importancia.

Nos encontrábamos saliendo de la universidad y ahora nos tocaba caminar hasta mi casa, mi madre dijo que cocinaría para nosotras.

El día está soleado cuando vamos caminando por la calle mientras le cuento todo lo que paso ayer y en las vacaciones de Miami a Paula, incluyendo lo del tatuaje lo cual hace que actúe dramática como siempre y me exija poder verlo.

—Está bien te lo muestro cuando lleguemos. 

—¿Por qué no puedes mostrármelo aquí? ¡Ah! No me digas que te tatuaste en donde no te da el sol porque eso si sería impresionante.

Río y niego con la cabeza.

—Sí, pero no donde estás pensando. Me tatúe en el abdomen, una frase.

—Ay, mi amiga tan sentimental como siempre, yo hubiera aprovechado y me hubiera hecho algún dibujo de alguna criatura mística o alguna diosa.

La miro.

—Por que tú eres más representativa con imágenes, yo con las letras.

Ella asiente.

—Es verdad.

Nos quedamos en silencio, y no puedo evitar pensar en lo que voy a hacer esta noche. Me comienza a doler el pecho y me empiezan a arder los ojos, me siento muy mal, no puedo evitar que me cause ansiedad mi situación.

Paula pasa a mirarme cuando escucha mi respiración acelerada.

—Sabi, ¿Qué pasa? Tranquila...

Me soba el hombro y me hace sentarme en un banco que encontramos cerca de nosotras.

—Es que...

Se me quiebra la voz y las lagrimas no demoran en bajar por mis mejillas.

—Le quiero contar lo que pasó con Max a Caleb, pero temo a su reacción y me da ansiedad solo pensar que podría llegar a separarnos la atracción que siento por los dos.

—Entiendo amiga, pero tú tienes que entender que si no se lo cuentas es peor, la culpa te va a consumir cada vez más y la mentira se hará más grande. 

—¿Y si se enoja y no quiere volver a verme nunca más?

—Es mejor que se entere por tu boca que por otra. Además, si se enoja ¿qué más da? no te vas a morir por estar sin él. Tú siempre haz superado peores cosas sola, y esto no será la excepción.

Asiento y me limpio las lagrimas de la cara.

—Gracias...

Ella me regala una sonrisa sincera y me da un abrazo al cual yo enseguida devuelvo. 


................................................................................................................................................................

Atracción Prohibida ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora