Capítulo V: Rechazando a uno, buscando a otro.

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Capítulo V: Rechazando a uno, buscando a otro.

 

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Este capítulo va dedicado a mi niña bonita, a mi pequeña loka, la cual cumple a día de hoy 16 añazos, creo que ye te lo dije como 2 veces pero… ¡Felicidades Amore! Espero que disfrutes de este capítulo al igual que de tus “Sweet 16” ^^ Un besazo, Te Quiero un mundo!

Y al resto de vosotros, disfrutad del capítulo ^^

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Seguí ese beso durante un buen rato, sí, es posible que lo esté disfrutando pero no puedo seguir con esto. Me agradaba Paolo, no lo niego, además besa muy bien, mueve  sus labios a mi ritmo y eso me gusta, pero a pesar de ello, le da un movimiento a los labios que hacía el beso dulcemente suyo, mío, nuestro. Pero no, esto no lo hacía porque me agradase Paolo, sino porque es lo que quería hacer, parte de mi venganza hacia Marzia. Simplemente lo he utilizado a mi antojo y ahora me toca dejarlo, tan sencillo como eso pero… antes de deshacerme de él totalmente, lo dejaré a mi lado, como amigo, para seguir usándolo en caso de que me haga falta algo de él, nunca se sabe…

Coloqué una mano en su pecho rompiendo el beso y retrocedí un paso con una fingida mueca de dolor. Paolo me miró de la misma manera (pero la mueca era real y no fingida cómo la mía) y negó con la cabeza.

-Paolo yo…-dije con voz apagada, él me sonrió falsamente y alzó uno de sus brazos para rozarme la mejilla con su mano. Cerré los ojos intentando sentir algo con esa caricia, pero nada, en vez de eso una imagen cruzó mi mente cómo un flash que me hizo abrir los ojos de golpe. Esos ojos, tan azules, tan bonitos tan… ¿Pero qué demonios tengo en la cabeza?

-Lo entiendo, tranquila, no tienes que explicarme nada, sé que sólo me quieres cómo amigo, lo tengo asumido desde la primera vez que te vi, pero necesitaba hacerlo, necesitaba besarte, para no arrepentirme de no haberlo intentado en un futuro,  lo siento-susurró cortando mis pensamientos y sacándome de la extraña conexión que tengo con aquel chico ojiazul. Paolo retrocedió un paso.

-Yo…-musité confusa, quería formar una frase coherente para decirle a Paolo pero no me salía nada, estaba bloqueada y todo por esos ojos… No podía dejar de pensar en ellos. Y no es porque me llamen la atención los ojos azules porque yo también los tengo pero aún así yo… no puedo dejar de pensar en ellos, en su color, su forma, su brillo…

-Lo mejor será que me vaya-se acercó a mí de nuevo y besó mi mejilla-Si necesitas algo sabes que puedes llamarme ¿verdad?-sonrió de medio lado y se cruzó de brazos.

-S-sí, claro, mañana nos vemos…-dije antes de verlo irse un tanto cabizbajo hacia las habitaciones de los chicos.

 Me dejé caer en el suelo, por primera vez en toda mi existencia, me sentía vulnerable, cansada, confusa. No entendía nada de nada. Tal vez sólo esté un tanto cansada, a fin de cuentas me había pasado parte de la noche estudiando para el examen de hoy… Sólo tenía que tranquilizarme, ir a mi habitación y echarme a dormir un rato, mañana todo irá mejor. Estoy segura…

Me levanté del suelo rápidamente y miré hacia el cielo, estaba teñido de un color violáceo que se iba tornando anaranjado a medida que bajaba mi vista; hasta posarse en un sol colosal que imponía fuerza. Así era yo, fuerza pura, soy cómo el sol, que nos mantiene vivos pero a su vez puede matarnos cuando quiera, el sol es cómo Dios, tiene el poder de decidir que va a ser de nosotros.

Sonreí de medio lado y caminé tranquilamente hacia el campus, sólo esperaba no encontrarme con Marzia, no tengo ganas de discutir con ella, además, si me fastidia mucho soy capaz de hacer algo de que lo luego me puedo “arrepentir” (En realidad no me arrepentiría pero sencillamente no me conviene quedar como una psicópata asesina delante de todo Dios) Asique me tengo que centrar en dormir, descansar… por suerte mañana es sábado y me puedo quedar hasta durmiendo hasta las tantas  sin tener que madrugar. Luego ya tendré tiempo de pensar y aclarar mi mente…

Nunca Podrás ConmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora