Capítulo XIII: Excesiva amabilidad

250 17 7
                                    

*Capítulo XIII: Excesiva amabilidad*

 

 

-Tú mismo lo acabas de decir “te lo diría” ahora no me da la gana, adiós-le espeté volviendo a girarme para largarme de ahí de una puta vez.

Lo que menos quiero es aguantar a un imbécil, y mucho menos oír sus gilipolleces. ¿Se cree que voy a dejarlo tomarme como estúpida? ¡Y una mierda!

-Eres una…

-¿¡Una qué!?-Bueno, ahora sí que la tenemos, me tiene ¡harta!- ¿Acaso  eres capaz de decirme lo que piensas?-le dirigí una mirada vacilante, curvando mi sonrisa cínicamente. Luca se mantuvo en silencio, no sé si porque no sabía que decir, o porque no le daba la cojonuda gana de  hablar-Lo suponía. Cuándo dejes de ser tan débil, llámame y hablamos.

¡Me importa una mierda que se cele del estúpido de su padre! No es mi problema, y si lo fuese… ¿Qué demonios le cuesta decírmelo? O, si no quiere ¿Por qué no se larga de aquí? No lo entiendo… Después de todo, no me parece que Luca sea de los que viene a visitar a su papaíto todos los días. ¿Por qué demonios está aún aquí?

-¿D-débil?-musitó sin dejar de mirarme.

-¡Sí! ¿No alardeabas tanto de tus cualidades? Engreído, irresistible, guapo. ¿Se puede saber qué coño te pasa? Eres la sombra del Luca que conocí. ¿Acaso algo ha logrado cambiarte? ¿O simplemente te estás volviendo un idiota?

-¿Cambiarme? ¿A mí? ¡Hay que joderse! ¡¡No sabes de lo que estás hablando!!-soltó  una carcajada irónica y negó rápidamente.

-¿Sabes cuál es el problema? ¡Qué sé perfectamente de lo que estoy hablando! En serio, tómate un descanso, porque parece que estos dos días te han hecho perder facultades…

Este imbécil… le dices las cosas a la cara… ¿y encima se pone tonto?

-Tú no sabes nada…

-¿Ah, no? A ver cuéntame, soy toda oídos

-Déjame en paz ¿vale?-se giró y volvió a mirar la hoja que hace un minuto revisaba con tanto detenimiento.

Bufé y salí de su habitación rápidamente.

-Idiota…-solté pegando el portazo que tenía muchas ganas de dar.

¡Lo odio! ¡Lo detesto! ¡Es un bueno para nada! ¿Para qué demonios pierdo mi tiempo con él? Lo mejor es pasar de Luca  e ir a mi puta bola, como siempre he hecho.

Solté aire profundamente, tratando de sacarme el mosqueo de encima. Es increíble lo mucho que pierdo en control con Luca, tanto para lo bueno como para lo malo. Apante de que no puedo ejercer un control absoluto sobre él, tampoco logro mantenerme a raya a mí misma.

Aún así, le llevo una gran ventaja emocional últimamente. Es como si estuviese afectado por algo, no sé, tengo esa sensación…

¡Bueno! ¿Me más me da? Por ahora lo único que debería importarme es mi regreso a clase, mi herencia, y sacarle el máximo provecho a mi “matrimonio”.

Me senté en la cama de mi habitación y miré mi pié, seguía algo hinchado, pero no tanto como esta mañana, por lo menos podía caminar de forma más o menos estable.

Suspiré y me dejé caer hacia atrás, un poco más calmada. Es aburrido tener sólo al estirado de Luca para divertirme.

-¡Oh, Rubí! Q-quiero decir, señora Rubí-Aura salió del baño de la habitación con una bayeta en la mano.

Nunca Podrás ConmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora