Capítulo VI: Un pequeño problemita.
Con un último ápice de valor que había en mi cuerpo, coloqué una mano en el pecho de Luca haciéndolo retroceder. Sonreí satisfecha y me acerqué a su cuello soltando un poco de aire sobre él, sentí cómo su piel se erizaba y un escalofrío recorría su cuerpo. No puede evitar sonreír de nuevo.
-Tal vez… consigas lo que pretendes…-susurré lentamente con voz dulce haciendo que mis labios apenas rozasen su cuello, miré a Luca, parecía inmóvil, permanecía con los ojos cerrados.
Sonreí contenta. ¡He ganado la primera batalla!
Me levanté de la cama y estiré los brazos de modo que mi corta camiseta se subió aún más, dejando ver perfectamente todas mis perfectas curvas. Luca seguía con los ojos cerrados y alcé una ceja.
Salté encima de él, enrollando mis piernas sobre las suyas, apresando sus muñecas con mis manos, dejándolo completamente inmovilizado. Luca abrió los ojos de golpe, sorprendido. Mi pelo blanquecino rozó sus mejillas, su respiración agitada llegaba hasta mi cuello haciéndome cosquillas.
-Yo si fuera tú… no me quedaría inmóvil tanto tiempo en la habitación de una chica, a saber lo que te puede p-a-s-a-r-dije burlonamente y me levanté dejándolo con una media sonrisa en el rostro.
-Eres increíble, no lo niego-se levantó lentamente y me miró fijamente-eres hermosa, sexy, dulce…, todo al mismo tiempo. Además, eres consciente de ello y lo sabes usar a la perfección-sonreí irónicamente ante esta aclaración-Pero…-se acercó a mí haciéndome retroceder hasta que mi espalda chocó contra la pared, alcé la cabeza altanera. Colocó uno de sus brazos contra la pared, por encima de mi hombro, poniendo su brazo libre sobre mi mentón-yo no caeré tan fácilmente preciosa, si de verdad quieres impresionarme, tendrás que realizar el mayor trabajo de tu vida-sonrió de medio lado y se alejó de mí y se fue caminando tranquilamente hacia la puerta. Justo antes de que consiguiese mostrar mi frustración con una mueca de odio, Luca se giró hacia mí de nuevo-¡Ah! Y tápate un poco, te puedes resfriar-me guiñó un ojo y salió de mi habitación con una cara de subnormal que no podía con ella.
¡Maldita cara de imbécil súper sexy! Tendría que haberle pegado una buena ostia a este inepto descerebrado y egocéntrico para que vea que no soy sólo una cara bonita. Pero se va a arrepentir…
Si se cree que me intimida a listo, él caerá, da igual cuánto tarde en conseguirlo, pero caerá… Yo SIEMPRE consigo lo que se me da la gana… y Luca no va a ser la puta excepción, ni en sus mejores sueños podrá librarse de mi presencia. Haré que bese el suelo que piso. Que muera por una mirada mía, que sienta que sin mí, su vida no vale lo suficiente para seguir viviendo. Juro que lo lograré, me da igual que sea jodidamente sexy y que sea el primero en rechazarme a la primera. Pagará su insolencia con lágrimas de sangre…
Solté el aire contenido en mis pulmones y me miré en mi espejo francés. Dejé mi cabeza recta y me miré a mi misma desafiante, bajé mi barbilla hasta casi rozarla con mi pecho y dejé mis ojos en la misma posición recta en la que estaban desde que comencé a observarme.
Comencé a reír sin sentido. ¡Me veo hermosamente perversa! Esa mirada fría, dura y malévola acompañada de una sonrisa torcida burlesca hacen que mi rostro angelical se trasforme en uno diabólico. Cualquiera que me viese en este instante pensaría que es imposible que alguien como yo (vista desde fuera) pudiese tener unos sentimientos tan enrevesados como los que poseo.
¡Pues sí señoras y señores!
Yo, Rubí, soy así, impredecible ante los inútiles ojos humanos. Bueno, yo también soy humana, desgraciadamente, pero tengo facultades dignas de una Diosa y sé que mis virtudes me fueron otorgadas para cambiar el futuro, para llegar a ser alguien muy importante en este vil mundo y hacerlo un lugar mejor. Tal vez sean paranoias sin sentido pero lo siento así.
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Nunca Podrás Conmigo
Mystery / ThrillerUna chica mala, mentirosa, perversa, que le encanta jugar con los demás a su antojo. Una persona manipuladora, calculadora, soberbia, altanera y fría que hace que con sólo mirarla sientas miedo por todo tu cuerpo. Pero toda su verdadera personalidad...