*Capítulo XI: Jugando con fuego*
Lo volví a besar y entramos a la habitación sin romper el beso, cerré la puerta con un pie y sonreí sobre los labios de Alejandro, completamente complacida.
Jugar con Luca es muy fácil, va de listo y de duro pero sé que le gusto, o como mínimo, le atraigo, y no me puede decir lo contrario, no soy tonta, además, por mucho que no le guste a todos los tíos de este mundo, sé que llamo a la atención, y mucho.
Por mí que se vayan todos a tomar por culo, es decir, los tíos, aunque sin ellos no hubiese logrado todo lo que quiero hasta el momento, lo reconozco. Las chicas, una gran parte de ellas, me envidian, y no lo digo por vanidad, si no porque a pesar de que sé que hay chicas más guapas que yo, tengo la ventaja de la inteligencia y el saber adaptarme a cada tipo de chico.
Por ahora sé controlar a todo tipo de chicos, ninguno me ha rechazado, ni siquiera Luca. Lo que pasa es que él tiene el orgullo muy por encima de sus pálpitos, en eso nos parecemos un poco, pero que no se tire muchas flores, porque no sabe que yo… ya he practicado mucho, y ya he logrado muchas cosas, sé que hacer en cada momento, no doy un paso sin meditarlo primero, soy de pensamientos pero no de impulsos… asique… no se puede ni comparar conmigo…
Por ahora sólo me queda hacérselo entender dejándolo en ridículo psicológicamente, haciendo que vea que no es invencible y que yo he ganado, ni más ni menos.
-Esto es una locura…-musitó agitado, aferrándose a mi cintura.
Le mordí el lóbulo de la oreja y gimió.
-Una locura que sé que te gusta.
Él no respondió, buscó mi boca para volver a darme un beso.
Vale, a ver. ¿Cómo cojones salgo de esta? Ni de coña me acuesto con este, con Josh aún tenía un pase, con este ya es el colmo. Umm… ¿Y si…? ¡Cojonudo! Acabo de tener una idea brillante, como siempre, si es que soy un genio, vaya cosas se me ocurren, estoy mal de la cabeza pero seguro que funciona…
Guié a Alejandro hacia la cama y lo tiré en ella. Me quedé de rodillas sobre su cuerpo y besé su cuello descendiendo poco a poco, él se dejaba hacer. En fin… otro más que cae ante mi…
Me levanté de su cuerpo y me miró desconcertado.
-¿Qué…?
-Dame un momento “es-po-so”-reí y le guiñé un ojo. Él sonrió.
Rebusqué en la maleta uno de mis conjuntos y entré al baño. La función… comienza ahora…
Comencé a desvestirme y me puse en conjunto. Me miré al espejo, perfecto, estoy realmente sexy, cuándo me vea igual se muere y todo. Solté una ligera carcajada, no muy fuerte, por si acaso ese imbécil me oye.
Cogí mucho aire y lo solté con fuerza, esto que voy a hacer… es algo… ¡Qué más da! Para sobrevivir hay que sufrir, bueno, no sé si eso existe, pero si hace falta me lo invento. Alcé la pierna mientras dejaba la mente en blanco.
No pasa nada, no pasa nada, no pasa nada, no pasa nada.
Solté un gritó ahogado, fuerte, muy fuerte, tal vez demasiado fuerte. Pero es que la ostia que le acabo de dar a mi pié contra la pared creo que me lo ha roto.
¡Joder! Me he pasado con la fuerza. Maldita sea, me he pasado.
Alejandro entró corriendo al baño y me encontró en el suelo, con una mueca de dolor en el rostro y con el pié más hinchado que un globo. Maldición… adiós pie…
ESTÁS LEYENDO
Nunca Podrás Conmigo
Mystery / ThrillerUna chica mala, mentirosa, perversa, que le encanta jugar con los demás a su antojo. Una persona manipuladora, calculadora, soberbia, altanera y fría que hace que con sólo mirarla sientas miedo por todo tu cuerpo. Pero toda su verdadera personalidad...