Capítulo 15

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-No te detengas-susurró con un tono de voz que no conocía de mí.
Mis ojos están clavados en los de Daniel. Se que mis palabras son una bandera verde para continuar con esto y aún así las pronunció.
Algo en los ojos de Daniel se iluminan y sus labios nuevamente abrazan los míos y nos besamos otra vez.
Sus manos van a mis caderas esta vez de ahí a mis muslos, me sostiene de ellos y levanta mis piernas a los lados de sus caderas, hago una llave en su espalda con mis piernas y el me sostiene mientras camina conmigo a mi habitación. Por dentro de mí tengo muchas emociones encontradas. Estoy emocionada porque por fin esta sucediendo, estoy caliente porque el tacto de su cuerpo así me tiene, estoy aterrada porque algo pueda salir mal; pero por fuera seguimos besándonos como si fuera lo más normal del mundo.
Daniel me sostiene mientras me deja acostada en mi cama que ahora luce demasiado chica para ambos. Pero Daniel se coloca encima mío y continua besándome, de mis labios a mi lóbulo, de mi lóbulo a mi cuello. Daniel desliza una mano por la parte inferior de mi camiseta y toca uno de mis pechos. A mi se escapaba un suspiro y a él un gruñido. Cinco segundos después me quita la camiseta y la lanza a un lado. Su boca deposita besos por mis pechos mientras desabrocha con destreza mi sostén. Durante un segundo me siento cohibida porque me esta viendo realmente desnuda pero el deseo que veo en sus ojos disipa mis preocupaciones y lo jalo del cuello para que me bese de nuevo, le quito la camiseta por la cabeza y se une a la mía en el piso. Mi mano va directamente a la pretina de su pantalón la bajo, jalo los costados de su pantalón hacia abajo y veo sus bóxer negros y ajustados con un gran contenido dentro aparecer. Daniel se deshace de sus pantalones y sus calcetines y regresa a deshacerse de mi short. No me quita mis pantis, en vez de eso desliza sus dedos dentro y un gemido sale de mi boca cuando sus dedos se pasean por mi parte más íntima.
Daniel que esta encima mío acerca sus labios a mi oreja y susurra en una voz muy ronca:
-Cariño, estás tan húmeda.
Mis piernas tiemblan ante sus palabras y siento mi clitoris palpitante debajo de sus dedos.
Pero Daniel va más lento de lo que me gustaría. Se toma su tiempo para tocar cada parte de mi, gruñe conforme sus dedos avanzan hacia mi parte más húmeda. Esto no es nada como mi primera vez con Erick, solo nos besamos cinco minutos y luego metió su pene en mí, había dolido tanto y no se había sentido nada bien, y aunque las siguientes veces no fueron terribles no se comparaban con el placer que Daniel podía causarme solo con sus dedos.
Daniel se detiene por un segundo pero antes de protestar abre la boca y habla:
-¿Tienes condones?-pregunta con una voz demasiado inocente para el momento.
Me pongo colorada porque se con exactitud que no tengo.
Daniel abre los ojos como platos.
-Larisah-dice con urgencia.
-Quédate aquí-digo mientras me levanto rápidamente y corro a la habitación de Ellie. Se que guarda sus condones en el alhajero que su abuela le obsequió. Rebusco entre todos pero no consigo encontrar uno solo que no diga "fosforescente" o "sabor a fresa" en su etiqueta. Refunfuño y agarro el que indica sabor a fresa.
Creo que ha sido de la decisiones más difíciles que he tomado, o eso pienso mientras regreso a hurtadillas a la habitación. Justo antes de mi cuarto escucho la puerta del departamento abrirse. Alguien ha llegado. Y yo voy en pantis.

Mi error favorito{Pausada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora