Capítulo 2

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-Si te digo que esta banda es buena es porque en serio es buena.
-Eso dijiste hace una semana para arrastrarme a una bar deprimente y escuchar a una banda que lo único bueno que tenía era el baterista-le digo a Ellie.
Ellie tiene 17 años, aunque fuma mucho y siempre tienes planes todos los días de la semana no sufre enfermedades mentales y más importante: no es una mentirosa. Así que por menos de 150 libras al mes, ella y yo compartimos un pequeño y nada lujoso departamento en el centro de Londres.
-De acuerdo, te engañe esa vez, pero el baterista lo valía-replica Ellie.- Solo acompáñame esta vez, te compensaré. En serio tienes que escuchar a esta banda, en un año serán un éxito en todo el mundo o algo así.
-Me tienes que pagar mínimo tres cervezas, si no me divierto por lo menos el alcohol me pondrá algo feliz.
Ellie hace su pequeño baile de felicidad y parece una niña de tres años.

Diez minutos después estamos saliendo rumbo a una discoteca, tomamos un taxi y cuando se estaciona afuera de un lugar llamado "Infierno" veo que no es un bar a los que solemos ir, aquí hay filas y hombres de seguridad en la puerta, así que estoy segura que estaremos siendo despachadas pronto.
Ellie mira toda la cola de gente formada y hace una mueca, luego me hace una seña para que la siga y se acerca al hombre de seguridad en la puerta. Debe de tener unos cuarenta años, lleva la cabeza calva y se ha dejado la barba, sus brazos cruzados hacen notar sus bíceps y su aspecto intenta aparentar rudeza pero hasta parece un poco gracioso.
-¡Robbin!- dice alegremente Ellie mientras saluda al hombre de seguridad.
Esto no me lo esperaba.
- ¡Ellie! No te veía por aquí desde hace un tiempo. ¿Quién es tu amiga?
-Pues sabes que solo vengo cuando tocan los "Cool Kids", ella es Larisah, es americana, mi nueva compañera de departamento-exclama Ellie entusiasta.
Tímidamente saludo a Robbin.
-Todos los amigos de Ellie son mis amigos-dice Robbin.-Pasen chicas.
Se hace un lado para dejarnos la entrada libre y mientras Ellie y yo murmuramos un "gracias" nos adentramos en el club, escucho algunos abucheos de la cola de gente esperando.

-¿Algún fetiche con los hombres mayores que tenga que saber?-le grito a Ellie. Dentro la música es fuerte, hay mucha gente y el lugar a es basta oscuro, escucho voces de todos lados, gente baila en la pista, parejas se besan en los rincones, y personas beben en las mesas ya aborregadas de gente.
-Es el tío de Josh, siempre que vengo me deja pasar sin pagar, es muy amable-me grita Ellie en respuesta mientras se adentra en la multitud.
Josh es el novio de veintidós años de Ellie, es pianista, de los buenos. Cuando lo conocí y me dijo que su especialidad era la música clásica me solté a reír, por los gustos de Ellie me lo imagine en alguna banda, con tatuajes y perforaciones, pero incluso aunque es atractivo no es para nada tan excéntrico como Ellie.
-¡Demonios! Ni una jodida mesa vacía. Vamos a la barra.

La sigo entre la gente porque no hay más que hacer. Ellie saca un billete de diez libras y lo agita en el aire, dos segundos después un chico le pregunta que quiere, mientras Ellie le responde que dos cervezas y le entrega el billete me doy cuenta que no conseguiremos asientos prontos.
Ni Ellie, ni yo salimos con muchas cosas. Ellie solo tiene un celular, algunos billetes de diez y veinte y su identificación falsa; yo tengo casi lo mismo, salvo que no consigo aún la identificación falsa. Aunque en cada esquina hay algún lugar dispuesto a venderte alcohol sin tener 18.
-Aquí tienes-dice Ellie entregándome una cerveza.- Bebé que quiero estar en la pista pronto, ya casi tocan mi favorita-me dice mientras mira con ojos de enamorada al escenario donde hay tres chicos. Un baterista desaliñado con el cabello morado, un guitarrista rubio castaño con unos pantalones realmente ajustados y un baterista más, castaño y con el cabello algo largo y despeinado. Es guapo. En realidad lo son los tres, pero este último es el vocalista, tiene una expresión en su cara que dice "odio a todo el mundo pero te quiero llevar a la cama", así que por supuesto tiene cerca de 50 mujeres en el lugar dispuestas a pasar la noche con él. Cincuenta y uno conmigo.
Y tal vez lo haga.

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