12 - LONG DISTANCE

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No podía dejar de morder levemente las uñas de mis manos; esta acción junta a mis piernas temblorosas lograban reflejar a la perfección mis ansias del momento. Miraba fijamente la pantalla de mi computadora, esperando por esa ansiada notificación mientras me encorvaba en la silla.

Y pasó. De repente, apareció una llamada entrante; Era Kamden. Atendí instantáneamente.

¡Amor! Estoy tan contento de verte —exclamé, apenas apareció la cara del amor de mi vida luz de mi cielo mi tesoro mi todo, Doobin.

—Qué efusivo~ —bromeó, riendo por mi felicidad.

Adoro su risa, lástima que en este último tiempo solo tuve la oportunidad de escucharla desde la pantalla pues yo estuve de viaje y casualmente el día que yo volví él se fue a Manila para su fanmeeting.

Perdón, es que te extrañé mucho —me disculpé, contagiándome de su risa.

Si me extrañabas tanto podías solo llamarme; no debes esperar a que yo lo haga —dijo, inclinando su cabeza.

No quería molestarte; no sé muy bien cómo son los horarios de tus ensayos, por lo que no quiero llamar en medio de uno —expliqué, acercándome un poco más a la mesa—. Además, seguro quedas muy agotado después y quizás quieras descansar —añadí, apoyando mi mejilla en mi mano.

Pues la verdad es que sí me canso bastante... hay muchas cosas que hacer —reconoció—. Pero no me molestaría que me llames y perder un par de horas de sueño por ver tu cara; después de todo, vos me das energía para continuar mi día —agregó. Noté como un pequeño sonrojo aparecía en sus mejillas.

Sonreí, totalmente enternecido por sus palabras.

Lamento decirte que tu energía no se nota. —y claro, no podía no tirar alguna broma pelotuda.

Si pudiera traspasar la pantalla, te metería un puñetazo —soltó, haciéndome reír—. Y puede ser que no se note justamente por la pantalla, ¡Pero te juro que cuando estemos cara a cara vas a notar mi energía! —me aseguró, sonriendo.

Eso espero, porque a veces pareces un saco de papas —confesé, en broma.

Que malo eres~ —se quejó, poniendo un puchero en sus labios.

Vamos a ver; si soy muy meloso, te quejas... ¡Y si no lo soy también! —exclamé.

Nunca son buenos los extremos, Jay... pero honestamente prefiero el meloso por costumbre —confesó.

Claro, costumbre... —reí al ver como parecía tener ganas de pegarme. Lástima que no puede—. Está bien, si tanto lloriqueas entonces volverá el Jay meloso... con una condición —hablé.

Mhm, ¿Cuál? —me preguntó, curioso.

¡Que dejes de hacer pucheros porque no puedo estar allí físicamente contigo para besarlos! —respondí, fingiendo frustración. Él solo rio en respuesta.

¿Pucheros? ¿Cómo? ¿Así? —se hizo el desentendido, para luego hacer exactamente un puchero con sus labios.

¡Kamden! —me quejé, y él volvió a reír.

Ya~ no te enojes —dijo, luego de que su risa cesara. Parecía querer volver a hablar, pero su vista se desvió a alguien detrás de cámaras. Supongo que Jiho le estaría diciendo algo por cómo asiente y responde brevemente—. Jay, me tengo que ir —se disculpó conmigo.

¡Ve tranquilo! Te amo —asentí con mi cabeza.

Yo también te amo... ¡Buenas noches! —me correspondió, mientras amagaba para pararse de la silla.

US HOUR 𖦹 KAMJAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora