Capitulo 2 : Falla en el metro

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Al llegar al subterráneo, saque mi celular del bolsillo interno de mi saco, busqué el número de mi hermana y le escribí un mensaje:

"Gracias por avisarme que ya estabas en casa ._. 
Estoy en el subterráneo, llegaré pronto"

El mensaje se envió en el momento en el que metro frenaba frente a mi, provocando que mi cabello se vaya para atrás, guarde mi celular e ingrese al metro junto a varias personas, me abrí paso entre ellas y me ubique en el centro, aferrándome de las barandas, ya que los asientos estaban llenos.

Tuve algo de suerte con el hecho de que el metro se vaciara rápido, logre encontrar un asiento vacío antes de que volviera a llenarse de nuevo y así fue.

Durante el camino el metro se sacudía con brusquedad y las luces amenazaban con apagarse, sentí otra vez la extraña sensación en la boca del estomago. A mitad de camino, un pequeño grupo de personas adultas subió a metro, el cual estaba casi vacío; un señor de aproximadamente sesenta años se abrió paso y se ubico en un asiento frente a mi, el señor era seguido por un chico de mas o menos mi edad, se sentó a mi lado mientras el tren daba otra sacudida.

Durante el transcurso el chico no hacia nada mas que mirar al señor de adelante ¿Era su padre? ¿Si tío? ¿Su abuelo?... Esos pensamientos pasaron a segundo plano cuando pude observarlo detalladamente... Tenia el cabello corto y rubio, con algunas ondas, era más alto que yo y vestía de negro, parecía que asistía a algun funeral, puesto a que llevaba pantalón, camisa, zapatos de vestir, junto con un saco negro que le llegaba por encima de las rodillas. Era bastante simpático...

El metro se sacudió con más fuerza que antes, provocando que las luces se apagaran, haciendo que los demás se alarmaran, lleve mis manos al borde del asiento y me agarre con un poco de fuerza, estaba comenzando a preocuparme pero tenía que mantener la calma, tal vez solo era cuestión de segundos para que la luz regresara y el metro dejara de sacudirse tanto, pero no fue así.

Repentinamente se comenzaron a oír varios gritos de personas de otros vagones, eso encendió todas mis alarmas pero nada pudo prepararme para cuando sentí el vagón inclinarse,lo que hizo que yo también cayera hacia delante no pude contener mí miedo y comencé a gritar al igual que las demás personas que estaban ahí, junto a nuestros gritos se sumaron unos fuertes estruendos, el vagón  parecía chocar con otras cosas y en medio de la oscuridad brillaban chispas podía escuchar como el acero rozaba con lo que sea que estuviera en el camino, cerré los ojos e intentaba agarrarme de algo, lo que sea, solo buscaba sentirme segura a pesar de que fuera un pensamiento ridículo, no se cuanto tiempo duramos así, pudo ser una eternidad o pudieron ser segundos no podía diferenciarlo, en algún punto dejé de escuchar ruidos y gritos, sentía dolor, tal vez estaba lastimada o podía ser mí imaginación, tampoco podía ubicar qué parte del cuerpo era la que me dolía, sin abrir los ojos lleve una de mis manos a mí cabeza ya que la sentía a punto de estallar, sentí algo caliente, no llegué a ver qué era, tampoco quería saber.  

Hice un esfuerzo por gritar para pedir ayuda, realmente no quería abrir los ojos, tenía miedo de lo que sea que pudiera ver, tan solo de escuchar el llanto y sonido de dolor que emitían las personas a mi alrededor hacían que mi mente se imaginara lo peor. No pasó mucho, cuando algunas personas comenzaron a gritar pidiendo ayuda ¿A caso alguien podría escucharnos?

Por alguna razón comencé a sentir como si pudiera escuchar los latidos de mi corazón, junté valor suficiente para poder abrir los ojos, tenía la esperanza de poder buscar mi celular y llamar a mi hermana, se supone que estaba en un bolsillo dentro de mi casaca, sería fácil hacer una llamada ¿no? La primera imagen que tuve fue de los asientos, estaban sobre mi... me tomó un momento darme cuenta que yo había caído sobre alguna de las paredes, tenía pequeños trozos de vidrio sobre mi cuerpo y mierda, estaba sangrando, desvié mi vista hacia al frente y con una mano comencé a bajar el cierre de mi casaca, cuando saqué mi celular del bolsillo interno, deslicé la pantalla de bloqueo y comencé a marcar a mi hermana, mientras esperaba a que me respondiera, estuve parpadeando varias veces, la vista se me estaba poniendo borrosa.

- Oye Jul, sé que estas muy enojada, perdón por avisar...

- Jenn... - logré decir antes de que siguiera hablando - algo... algo malo pasó 

- ¿Que pasa? ¿Estás bien?

Apreté los labios en un intento por contener las lágrimas, me dolía todo el cuerpo.

- Tienes que venir a buscarme, por favor - cerré los ojos, ya no podía ver bien - promete que vendrás a buscarme

- ¿En donde estas?

Mi hermana prácticamente estaba gritándome desde el otro lado del celular.

- En el subterraneo...

Estaba cansada, ya no podía seguir sosteniendo el celular contra mi oreja, sin querer terminé por soltarlo, no logré escuchar ninguna respuesta por parte de mi hermana.

¿Estaría mal si duermo un poco ahora?

Me sobre salté en mi lugar al escuchar unas pisadas en el lugar ¿cuanto tiempo había pasado? ¿Jenn había llegado tan rápido? Más pisadas se hicieron presentes, volví a abrir los ojos e intenté enfocar mi vista para ver que era los que estaba pasando. Personas, un pequeño grupo de personas vestidas de negro estaban en el lugar, caminaban al rededor de nosotros, mirando los rostros de cada persona en el suelo  como si buscaran a alguien en específico, mi vista se vio obstaculizada por un par de zapatos negros que se acercaban hacia mi, era... era el chico que se había sentado a mi lado hace un momento ¿como es que no esta herido? Extendió una mano hacia mi y cuando la tomé me puso de pie de un tirón, volví a mirar a mi alrededor, otras personas también se estaban parando. El extraño chico tiró levemente de mi mano y comenzó a caminar ¿quería que lo siguiera?

- ¿A donde me llevas?

- ¿Cual es tu nombre? - preguntó sin voltear a verme.

- Juliet, pero...

- ¿Y que es lo que mas te gusta de este mundo, Juliet?

- ¿De que estás hablando?

Repentinamente mis pies se habían vuelto de plomo y ya no podía dar un paso más, parecía no se la única por que las personas que se habían levantado conmigo luchaban por seguir caminando. Por primera vez desde lo ocurrido el chico volteaba a verme directamente a los ojos, se veía sorprendido, intentó tirar de mi mano una vez más pero no pasó nada

- Oye ¿que intentas...?

No pude terminar de formular mi pregunta, por que de un fuerte tirón en el estómago fui arrastrada lejos de él, lo último que vi fue sus ojos abiertos de par en par por la sorpresa y su mano que se quedó extendida en el aire...


Iris (Thomas Brodie - Sangster)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora