Ambitions of Rebekah Potter (TRADUCCION)

capitulo 4

Capítulo 4

)(-)(-)(-)(-)(-)(-)(

Estudiaron los cielos nocturnos a través de telescopios todos los miércoles a la medianoche, aprendiendo los nombres de diferentes estrellas y los movimientos de los planetas. Tres veces por semana estudiaban Herbología en los invernaderos detrás del castillo, aprendiendo a cuidar todas las plantas y hongos y aprendiendo cuáles eran sus usos.

A la profesora Minerva McGonagall no le gustaban los Slytherins, parcializados hacia su propia casa, pero toleraba a Rebekah y elogiaba sus habilidades.

"La transfiguración es una de las magias más complejas y peligrosas que aprenderás en Hogwarts", dijo. "Cualquiera que esté jugando en mi clase se irá y no volverá. Estás advertido".

Cambió su escritorio en un cerdo y luego de nuevo. A Rebekah no le impresionó mucho, pero no estuvo mal. Sabía que Transformaciones no sería una de sus favoritas, pero le iría bastante bien.

Después de tomar muchas notas complicadas, a cada uno se le dio una cerilla y comenzaron a tratar de convertirla en una aguja. Solo Hermione Granger y Rebekah habían hecho alguna diferencia en sus combates. La profesora McGonagall mostró a la clase cómo les fue bien y les dedicó una rara sonrisa, aunque la de Granger era más cálida.

Historia de la magia era bastante fácil, simplemente tenía que recordar nombres, fechas y lo que hacían, al igual que su escuela primaria. Lo enseñaba un fantasma, el profesor Cuthbert Binns, al que le gustaba empezar a murmurar cosas irrelevantes que confundían a los estudiantes si no escuchaban correctamente.

El profesor de Encantamientos, el profesor Filius Flitwick, era un pequeño mago demasiado bajo y, por lo tanto, se paró sobre una pila de libros para ver sobre su escritorio. Al comienzo de su primera clase, pasó lista y, al llegar al nombre de Rebekah, se perdió de vista con un chillido. Rebekah se rió entre dientes cuando él se levantó con un gruñido de dolor, escondiéndolo detrás de los jadeos de los estudiantes.

El maestro de DADA le dio escalofríos a Rebekah, no es que le tuviera miedo, no. Su comportamiento no era el correcto, sus reacciones no eran naturales, solo la desconcertaban un poco. La clase en general fue fácil. Escribió sus notas con una pluma estilográfica de caja esmeralda con tinta negra. Sus compañeros comenzaron a mirarla con celos, y ella simplemente los miró para que se detuvieran. Ninguno de los profesores la reprendió, porque en ninguna parte decía que no podía usarlos.

La clase de pociones estaba en las mazmorras y era impartida por el profesor Severus Snape. Más frío que en el castillo principal, pero era reconfortante porque así estaba acostumbrada Rebekah. Después de todo, su dormitorio se colocó en las mazmorras, junto con los dormitorios de su casa.

Snape comenzó la clase pasando lista, se detuvo en su nombre.

"Ah", dijo en voz baja, "Rebekah Potter. Nuestra nueva celebridad".

"Presente", dijo Rebekah y levantó la mano, tal como lo hicieron todos antes que ella. Sus ojos sostuvieron su mirada. "Y no diría celebridad, la gente simplemente sabe de mí".

Snape terminó de decir los nombres sin falta y miró a la clase. ojos negros; frío; vacío. Reflejaban túneles oscuros. Si fueran verdes, reflejarían los de Rebekah.

"Estás aquí para aprender la ciencia sutil y el arte exacto de hacer pociones", comenzó Snape, con el silencio asegurado. "Como aquí hay un pequeño movimiento de varitas tontas, muchos de ustedes difícilmente creerán que esto es magia. No espero que realmente comprendan la belleza del caldero que hierve a fuego lento con sus vapores resplandecientes, el delicado poder de los líquidos que se deslizan a través de venas humanas, hechizando la mente, atrapando los sentidos. Puedo enseñarte cómo embotellar la fama, preparar la gloria, incluso detener la muerte. Eso, si no eres un montón de idiotas como los que normalmente tengo que enseñar.