pasaron dos años desde aquellas vacaciones, la familia Kirishima continuo con. Su vida, hoy Katsuki retomaba otra vez como héroe, con sus hijos y esposo en el auto fueron camino a la guardería de la U.A. bendito sea Aisawa, por que a su cargo quedarían los hijos de la gran Kirishima Katsuki.
Vio como su hijo mayor de ya cinco añitos arreglaba bien a su hermana menor le arreglo los moñitos que su mamá les hizo, Rubi se movía mucho.
Le dio otra vez el biberón a la pequeña con dientes de tiburon como su padre el cual manejaba contento por el primer día de su hija, su hija de casi ya tres años sonreia a su hermano, era tranquila en las mañanas porque tenía sueño, lo malo empezaba cuando ya estaba bien despierta.
Llegaron a la guardería y se bajaron, Kirishima le abrió la puerta a su esposa siendo un caballero sonrojando a su esposa, nunca perdían esa llama.
El amor para ellos era como si acabarán de ser novios.
Su hijo mayor se bajo del auto sólito, y cargo a su hermana para bajarla del auto, para ambos padres eso era nuevo y tierno.
Su hermano iba a bajarla pero empezó a hacer berrinche negándose.
-No! Hemanito mis patos! Van a ensuciarse-dijo la pequeña con un puchero aferrándose a su hermano para que este no la baje.
-Tus zapatos?.... oh bien-dijo y camino atravez del charco sin bajar a su adorada hermana hasta que estuvieran fuera de peligro su zapatitos rojos nuevos.-Aquí ya ni se ensuciaran Rubí.-dijo su ermano bajandola con delicadeza besando la cabeza de su hermanita.
-Gashias hemanito mayior-Dijo la pequeña muy tierna sabiendo perfectamente que eso le inflaba el ego a su hermano.
Su madre, Katsuki tapo su boca totalmente enamorada de sus hijos, eran perfectos.
-Papa, que mamá no se manche sus zapatos también.-Dijo su hijo serio hacia el, Eijirou asintió con una sonrisa encantado de su familia, también muy orgulloso de su hijo.
Al cual consideraba varonil, tan pequeño y enseñándole a su padre a como tratar a una dama.
-como digas campeon-dijo cargando a Katsuki la cual se sonrojo al ver que estaba en el aire y no en el suelo.
-E-Eiji-Dijo con vergüenza ya en el suelo, se arreglo bien y luego a sus hijos, los escaneo y comprobando que estaban perfectos.-Hagan caso Aisawa y diviertanse, adios mis pedazos de sol-hablo dulcemente a sus hijos y los dos niños asintieron, su hijo mayor beso la mejilla de su madre y la menor abrazo a su mamá también dando un beso, la pequeña era tan cariñosa como su padre.
-Adiós mami-Dijo la pequeña separándose para lanzarse a los brazos de su papá.-Adiós papito-Dijo la pequeña mimada de Eijirou.
-adios papá-dijo su hijito mayor dando un beso también la mejilla de su papá el cual le acaricio su cabeza.
-Los veo luego, los amo.-Dijo su papá muy cariñoso, su hija se separo de él para tomar la mano de su hermano mayor.
-No se preocupen, yo cuidare de Rubi-dijo con el puchero inflado de orgullo y confianza. Al ser hermano mayor para el su prioridad era su hermana.
-Gracias mi pequeño, adiós mis niños-dijeron luego de ver entrar a sus hijos a la guardería en la cual Aisawa eba recibiendo a los niños para luego llevarlos a todos a sus respectivos salones,su hijo ya estaba en Kinder y su hermana recien en jardin.
Al pobre maestro le tocaría separar a los hermanos Kirishima, y eso señores y señoras era una osadía hasta para los padres.
....
corto.
