Dr. Harrison • Starrison • 𝓔𝓷 𝓔𝓭𝓲𝓬𝓲𝓸𝓷

Capítulo 15.

Louise sacudió la cabeza, negando la realidad que estaba ante sus ojos. -George, no puedo aceptarlo. No puedo aceptar tu relación con otro hombre. No es lo que siempre había imaginado para ti.

George sintió una punzada de dolor en su corazón. Había esperado que su madre, a pesar de sus creencias arraigadas, pudiera aceptarlo y amarlo incondicionalmente. Sin embargo, ahora se encontraba frente a un rechazo que era difícil de asimilar.

George sintió una punzada de dolor en su corazón. Había esperado que su madre, a pesar de sus creencias arraigadas, pudiera aceptarlo y amarlo incondicionalmente. Sin embargo, ahora se encontraba frente a un rechazo que era difícil de asimilar.

-Mamá, lo siento si esto te duele, pero no puedo cambiar quién soy. Necesito que me aceptes y que respetes mi relación con Ringo -dijo George, luchando por mantener la compostura.

Louise se levantó bruscamente de la mesa, su rostro lleno de frustración y desilusión. -George, no puedo hacerlo. No puedo aceptar esto. No sé si podré seguir apoyándote en esta situación.

El corazón de George se rompió un poco más al escuchar esas palabras. La relación con su madre era importante para él, pero también sabía que no podía comprometer su propia felicidad y autenticidad.

-Mamá, espero que con el tiempo puedas comprender y aceptar quién soy. Mi amor por Ringo es genuino y no puedo renunciar a él -dijo George, con la voz entrecortada por la tristeza- Espero que algún día puedas encontrar en tu corazón la forma de apoyarme y amarme como tu hijo.

Louise se alejó de la mesa, sin decir una palabra más. George se quedó allí, sintiéndose abrumado por la mezcla de emociones. Aunque el rechazo de su madre dolía profundamente, también sabía que tenía a Ringo a su lado, un compañero que lo amaba y apoyaba incondicionalmente.

Sin más, las lágrimas comenzaron a caer desde los ojos de George, incapaz de contener la tormenta emocional que lo invadía. Sin embargo, antes de que pudiera reaccionar, Min Han, la enfermera, apareció de la nada.

Min se acercó a la mesa con cautela, notando el estado emocional de George. Instintivamente, colocó una mano en su hombro, mostrando su preocupación genuina.

-George, ¿estás bien? -preguntó Min, su voz llena de compasión.

George, en medio de su angustia y vulnerabilidad, sintió que algo en su interior se rompía. La tristeza, la confusión y el peso de la situación se convirtieron en un torrente de palabras que salieron sin filtro.

-Min, estoy cansado de ocultar quién soy. Mi madre acaba de rechazarme por ser gay, y no puedo soportar más el peso de las mentiras y las expectativas de los demás, -confesó George entre sollozos- Además, estoy enamorado de alguien, y ese alguien es Ringo, mi compañero, mi todo.

Min quedó atónita ante la revelación de George. Las lágrimas también comenzaron a brotar en sus ojos mientras intentaba procesar las emociones encontradas.

-George, nunca supe... No tenía idea de que estuvieras pasando por esto -balbuceó Min, su voz temblorosa- Siempre te he admirado y te he considerado un amigo, pero nunca supe que tus sentimientos estaban dirigidos hacia alguien más.

George tomó una respiración profunda, sintiendo una mezcla de alivio y culpa al haber compartido su verdad. -Lo siento, Min. No quería lastimarte, pero necesitaba ser honesto contigo y conmigo mismo.

Min asintió, tratando de recomponerse. -Lo entiendo, George. Aprecio tu sinceridad. Sólo... me duele saber que no hay un lugar para mí en tu corazón.

George se acercó a Min, tomando sus manos con suavidad. "Min, eres una persona increíble y valiosa. Mi orientación sexual no cambia eso. Pero mi corazón pertenece a Ringo, y no puedo ignorar esos sentimientos".

La enfermera Han soltó un sollozo, luchando contra las emociones encontradas dentro de ella. "Lo sé, George. Solo necesito un poco de tiempo para procesar esto y aceptar que mis sentimientos no serán correspondidos".

George la abrazó, sintiéndose agradecido por su amistad y apoyo a lo largo de los años. "Estoy aquí para ti, Min. Siempre seremos amigos, pase lo que pase".

Con lágrimas en los ojos, Min asintió y se separó lentamente del abrazo. "Gracias, George. Eres una persona especial, y siempre te desearé lo mejor en tu camino hacia la felicidad".