Capítulo 22.

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Después de servir los helados, Min Han los colocó frente a Ringo y George con una sonrisa forzada. -Aquí tienen. Disfruten su helado.

Ringo agradeció cortésmente y Min Han se alejó, dejándolos solos en la mesa. George suspiró, sintiendo una mezcla de emociones mientras tomaba su helado.

Ringo notó la tensión en George y le tomó la mano, brindándole apoyo silencioso. -Recuerda, George, no podemos controlar cómo se siente Min Han. Lo importante es que estamos juntos y somos felices.

George asintió, apreciando las palabras de Ringo. Sabía que era hora de dejar atrás el pasado y concentrarse en su relación y en su labor en la clínica.

Mientras disfrutaban de sus helados, Min Han regresó a la mesa, con una expresión de disculpa en su rostro. -Lo siento mucho, George. No debería haber dejado que mis sentimientos afectaran mi trabajo en el hospital. Fui despedida después de ese incidente. El hospital alegó que había violado la confidencialidad de los pacientes y perjudicado la reputación del centro médico.

George miró a Min Han con compasión. Aunque había sido doloroso lo que había sucedido en el hospital, reconocía que todos merecían una segunda oportunidad.

-Min Han, entiendo que cometiste errores, pero también creo que todos merecen una oportunidad de redimirse -dijo George sinceramente-. Ringo y yo estamos construyendo nuestra propia clínica, y nos gustaría ofrecerte un puesto en nuestro equipo.

Min Han se sorprendió por la oferta y sus ojos se iluminaron con esperanza. -¿En serio? ¿Me darían una oportunidad después de todo lo que ha sucedido?

Ringo asintió con una sonrisa tranquilizadora. -Todos cometemos errores, Min Han. Lo importante es aprender de ellos y crecer. Creemos en tu talento y en tu capacidad para brindar una atención de calidad a nuestros pacientes.

Min Han estaba abrumada por la generosidad y la oportunidad que se le presentaba. Con lágrimas en los ojos, asintió emocionada. -Gracias, George. Gracias, Ringo. Haré todo lo posible para demostrarles que merezco esta oportunidad.

Con ese acuerdo sellado, George, Ringo y Min Han continuaron disfrutando de su helado, compartiendo risas y conversaciones mientras forjaban un nuevo camino juntos.

La clínica creció aún más con la incorporación de Min Han a su equipo. Juntos, brindaron atención médica compasiva y de calidad, creando un ambiente donde todos los pacientes se sintieran valorados y respetados.

Ringo y George regresaron a casa después de disfrutar de su helado. El ambiente estaba lleno de calma y serenidad, y el amor entre ellos era palpable en el aire. Se quitaron los abrigos y se dirigieron al acogedor salón, donde se acomodaron en el sofá, abrazados el uno al otro.

Ringo acarició suavemente el cabello de George mientras compartían risas y recuerdos del día. El cálido resplandor de las luces suaves y el crepitar del fuego en la chimenea creaban un ambiente perfecto para la intimidad y el romance.

George miró profundamente a los ojos de Ringo, con una expresión de gratitud y amor en su rostro. -Ringo, nunca imaginé que nuestra vida tomaría este rumbo. A pesar de todos los obstáculos y desafíos que hemos enfrentado, siempre hemos encontrado una manera de superarlos juntos. Eres mi roca, mi apoyo incondicional.

Ringo sonrió, su mirada llena de ternura y admiración. -Y tú, George, eres mi luz en la oscuridad. Tu valentía y determinación me inspiran todos los días. No puedo imaginar mi vida sin ti.

El ambiente se llenó de un silencio cómodo mientras se dejaban llevar por la magia del momento. Sus labios se encontraron en un beso dulce y apasionado, sellando su amor y compromiso mutuo.

Dr. Harrison • Starrison • 𝓔𝓷 𝓔𝓭𝓲𝓬𝓲𝓸𝓷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora