La suave luz le daba en la cara molestando su descanso, se giró para evitarla, pero al hacerlo, vio al pelirrojo a su lado mirándolo. Esta vez se asustó, ya no lo observaban desde una esquina, sino que estando junto a él, se sentó de golpe y exclamó
— ¿Qué haces en mi cama?!
— Te observo
— pero por qué?!
— porque duermes
— ¿y eso qué?
— hay muchas maneras de morir mientras duermes, así que te observo.
Selim no comprendía esa actitud, nunca se le había pasado por la cabeza morir mientras dormía en una cama bajo un techo.
— Por cierto, los cuidadores se llevaron a Laika a pasear al jardín real, luego de que desayunes podemos acompañarla.
— Desayuno?— miro a su derecha y allí, en una mesita, se encontraba una bandeja con una taza de té y varias masas dulces. Mucho dulce le revolvía el estómago, así que solo se tomó el té y comió dos masas, guardó el resto en una bolsa de tela.Miró en el gran armario, allí habían varias prendas masculinas que, a su parecer, eran bastante elegantes, elegante no era una palabra que lo definiera, por lo que tomó el más modesto de las prendas y se lo colocó, parecía de la era gótica, rojo oscuro y negro grisáceo.
Salió rápidamente y el guardián corrió detrás de él
— Sabes, no me gusta la sensación de que alguien me persigue a donde sea que voy— comentó mientras caminaba a paso apurado
— Preocupate cuando no lo haga, si vas a salir no puedes estar solo
— Me siento acosado..— se dijo a sí mismo mientras bajaban las escaleras corriendo, luego de recibir un regaño de Ayşe, esta los guía al jardín real y se ponen a buscar a Laika.Tras un rato finalmente la encuentran, el pelirrojo la corretea por todo el lugar, Selim los persigue hasta que se cansa, esos dos tienen mucha energía, tal vez debió comer más masas, entonces recordo que las había guardado en su bolsillo, tomó una y se la comió.
Comenzó a caminar solo, alejándose del dúo enérgico. Caminó hasta llegar a una estructura grande, no tanto, que parecía una Iglesia de tres pisos, rodeó el edificio para seguir su paseo.
Unos metros lejos del edificio vio a una niña albina, su apariencia la delataba, trepada a un árbol. Parecía de entre 8 a 10 años, pensó en que ese delicado vestido celeste no era la mejor opción para trepar y que debería de quitarse el sombreo también. La albina se paró sobre una rama y, recién ahí pudo notar que esta intentaba agarrar a un gato negro que estaba sentado más arriba.El joven decidió acercarse, decir hola y preguntar si necesitaba ayuda, nada demasiado elaborado, pero, de repente, la niña resbaló, pudo ver al gato exaltandose en cámara lenta. Sintió un impulso, uno que hace años no sentía y que siguió sin pensar, un reflejo involuntario, aunque probablemente lo hubiese hecho voluntariamente también. No sabe cómo, pero llegó a agarrarla antes de que toque el suelo, la niña ya había puesto los brazos para proteger su cabeza. Selim se asustó al verla tan pálida, pero luego razonó que los albinos son pálidos y se calmó.
— ess-estás bien?— preguntó nervioso mientras la dejaba suavemente en el pasto.
— ss-si, muchas gracias— respondió aún aturdida por la caída, al levantarse se tambaleó, por lo que se sostuvo del árbol.
— Te bajó la presión?
— ah, si... estoy bien
El joven sacó las masas restantes de su bolsillo — toma, el azúcar te ayudaráUn gesto simple, no buscaba nada, no le interesaba aquella niña, pero sentía la necesidad de procurar su bien, esa sensación de deber que solo los niños pueden probocar.
La joven miró las masas en las manos del joven, tras meditarlo unos segundos los tomó y se metió uno en la boca. Tras terminarlos la niña se inclinó ante él y, sonriente— Usted es mi salvador, le debo una, Su Alteza.
Ella se marchó corriendo, el gato la siguió. Estaba algo confundido, pensó en que la gente de la capital era muy rara. Unos momentos después apareció el pelirrojo preocupado
— Aquí estás! Los dioses no me abandonaron! NO TE ALEJES ASI
— Perdón perdón..En uno de los ventanales del segundo piso de la estructura se encontraba el imponente emperador, mirándo la escena desde arriba, su rostro se veía imperturbable, sin embargo sus pensamientos volaban
— Parece que se llevan bien, se parece a su madre, ella te agradaba, verdad Safiye?
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El Ilegítimo 5° Príncipe
FantastikTras la muerte de su madre fue exiliado a las montañas y marginado, pero años despues un joven le revelaría la verdad de su vida y lo llevaría a su destino