Mía. 9°

🔥CAPITULO 14🔥

SIN EDITAR.

💥<<{Byron}>>💥

Llegamos a la heladería, ya es bastante tarde para un helado, pero no vamos a desaprovechar la oportunidad.

Bajamos del carro después de Mía, evitó mirar hacia abajo para no chocar mi mirada con su trasero.

Entramos en la heladería y automáticamente la sonrisa se planta en el rostro de ella.

Mía: Hermanitos.

Corre hacia sus hermanos y se monta encima de Eren a besarlo mientras agarra sus nalgas.

Malik: ¿Quiénes son?

Hunter: Ya escuchaste, sus hermanos.

Caminamos hacia la mesa que están Danilo y Aimar viendo asombrados como Mía ahora se monta sobre Ares y lo besa apasionadamente mientras al igual que el otro aprieta sus nalgas.

Nos sentamos todos observando la escena, cuando se separan se sienta en otra silla ignorando la mirada de todos las personas de la heladería.

Eren: ¿Cómo te fue?

Mía: Perfecto, oh, esperen les presento —señala a Malik con una sonrisa— él es Malik, hermano de Luciano.

Ares: ¿Y por qué está aquí si es hermano del imbécil?

Hunter: Él la defendió.

Eren: ¿Qué te dijimos de meter a desconocidos despiertos en el carro?

Mía: Pero él no es un desconocido, lo veo todos los fines de semana en el averno.

Malik abre la boca y los ojos asombrado, yo no entiendo nada de lo que dice, pero disfruto ver cómo consigue lo que quiere con una sola sonrisa.

Ares: Mía…

Mía: Por favor…

Hace un tierno puchero que me haría poner de rodillas si lo pidiera.

Ellos asienten con la cabeza.

Aimar: ¿Qué acaba de pasar?

Eren: La niña consigue lo que quiere.

Parece una queja, pero se calma un poco cuando ella le acaricia la mejilla.

Qué puta envidia.

Primero envidiaba al imbécil, ahora a ellos.

¿Por qué no puedo tener eso también?

Mía: Malik, ellos son mis hermanos y también mis novios desde hoy.

Y ahí se fue otra posibilidad.

Malik: ¿Cómo sabes lo del averno?

Mía: te vi.

Malik: ¿Por qué vas a ese tipo de lugares? —se pone de pie alterado mirándola— te pueden lastimar —mira a Eren y Ares— ¿¡Qué mierda hacen ustedes que la dejan ir a ese lugar!?

Ellos dos también se ponen de pie y nosotros cuatro miramos a Mía que se encoge de hombros despreocupada mientras se pone de pie para ir a pedir los helados.

Esto no es lo que habíamos planeado.

Danilo: Pueden calmarse, Mía está aquí.

Dice como si ella fuera una niña a la que le atemorizan las discusiones.