Éste es el finaaaaaal. SIENTO QUE MUERO.
Me permití dejar que las palabras y la imaginación volaran por toda la historia. Les agradezco leerme y ser parte de éste proyecto.
Tengo pensada otra historia que ya publiqué pero, es distinta a esta. Sin más que decir, les dejo el final.
Mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.
Táctica y estrategia - Benedetti.
La luna está llena y en lo alto del cielo: creo que lloverá porque así lo vaticinan los relámpagos que aclaran un poco la noche.
Consigo lo que he estado buscando en el continente africano y me tranquilizo un poco: huesos. Son la única cosa sobre el planeta que hace a todos los humanos iguales.
Quiero pensar que mis hermanas y yo somos iguales; que mi familia es normal; no obstante, con una hermana suicida, la otra perdida en el espacio deshecha y maldita por su don y yo tratando de pegar las piezas, no tengo ninguna esperanza de que así sea.
No he profanado ninguna tumba, tampoco he matado a alguien. Bueno, he matado a mucha gente y a mi corazón. Aunque, no creo que sea el mejor momento para hablar de eso. Cierro mi puño en lo que sería una clavícula humana y la parto en dos: en partes iguales.
Me aparezco donde la tierra es infértil, el aire es frío y el oxigeno denso: ustedes lo llamarían infierno. Yo lo llamo: pérdida, miedo, angustia... Un mejor lugar. Creo que todas las almas son subjetivas al pensar en su lugar feliz, ¿y si lo que alguien llama infierno es el mejor lugar para otra persona? En éste caso, sería el mejor lugar para alguien: mi hermana. Pulverizo una parte de la clavícula y cierro los ojos que se han anegado de lágrimas.
¿Estaré haciendo lo mejor? No sé si importe mucho pero, hago el intento. Al final, ya comencé y no puedo acabar ahora. Tomo aliento, abro mi mano izquierda y soplo sobre ella impregnando a toda la estancia vacía: siento el eco aunque no he hablado. Siento mi vida irse, aunque no vivo; y tiemblo.
Tengo la mitad del alma congelada y la otra pidiendo a gritos que salga de allí. La verdad, es que parte de mí disfruta el estar aquí y eso es buena señal. Sin embargo, no me dejo llevar por los sentidos traicioneros que me empujan para quedarme y hago lo que debo: aparezco donde está mi hermana, donde las plantas han comenzado a crecer alrededor de su cabello y sus ojos cerrados, con polvos dorados, terminan de completar el cuadro fatal de la recaída del destino; del fatal choque entre las fuerzas que han luchado por milenios.
Embelesada con el paisaje naciente de un mundo sin equilibrio, tomo el cuerpo de mi hermana dormida en mis brazos. Con la maldad desatada, su cuerpo se ve deshecho. Ante mis ojos, parece una muñeca de mármol; una bella figura demasiado blanca y luz propia.
Aparezco en su lugar, en la zona de confort que su mente sugirió; que una parte de su alma me susurró al oído: el antónimo perfecto de la muerte y aquí es donde está Pamela.
― ¿Para qué la traes? ―sisea observándome con sus ojos echando fuego.
―Si vamos a desaparecer, que seamos las tres juntas.
―Aún no entiendo cómo pudiste imaginar éste lugar tan cursi ―Pamela se relaja un poco con mi explicación y ahora se refiere al sitio que nos rodea con desprecio.
―Bueno, es parecido a la cueva. Pero, ¿qué importa ahora dónde estemos?
―Fue delicioso ver como despachabas al único amor de tu existencia ―se voltea y mira hacia abajo; por entre las nubes iluminadas por un sol inclemente.
― ¿Amor de mi vida? ―trato de reírme y parecer neutral― Creo que ambas sabemos que el amor solo sirve para ser utilizado.
Lo más triste, era que en cierta forma fue así. El amor de Tyler me sirvió para mantener el mundo equilibrado, para desarrollar un plan: para hacer al mundo feliz.
―Me caes mejor cuándo mi mitad y la tuya trabajan en armonía.
―Sí, verdad. Ahora ―la miro con suspicacia― tengo una pregunta.
Pamela hace un ademán con las manos señalando que puedo preguntar lo que quiera.
― ¿Qué pasará con tanta maldad en el mundo? Estás sobrecargada.
―Sí pero, no soy el único canal por donde fluye mi poder.
―En realidad, no importa mucho la humanidad ahora.
―Concordamos nuevamente en algo ―sonríe desdeñosa―. Y ahora, como acto final, descansaremos en paz ―mi hermana se dirige hacia el borde del horizonte para ver al mundo por última vez.
Dejo caer a Alelí y con rapidez empujo a Pamela hacia el mundo, casi por reflejo y sin pensar en nada; sabiendo que todo va como lo planee. La veo caer con sus ojos oscuros demasiado abiertos y de repente, se deshace en el suelo: como si alimentara la planicie andina dejando surcos de distintas formas y secando algunas partes. Siendo absorbida por mi trampa.
Miro a Alelí recostada entre las nubes. Despertará; no ahora pero, lo hará. Dejo caer una lágrima al vacío y me prometo que para cuando despierte, tendrá un mundo mejor: un crepúsculo exaltante que observar desde las nubes. Pulverizo la mitad sobrante del hueso e impregno el sitio de descanso eterno de mi hermana.
Me voy en caída libre hacia el suelo mientras imagino lo que siempre he querido ser y veo las luces de la aurora boreal ser parte del mundo.
―Hay mucho por lo que luchar ―me susurro antes de caer en definitiva hacia la tierra y ser como una humana más.
Soy mortal y la vida se siente preciosa. Puedo ir con Pamela o Alelí si lo deseo al final de esta vida. Ahora, las dos descansan y yo debo resolver todo lo que causó el rastro de infamia de Pamela. ¿Cómo lo resolveré? Balanceando el juego.
―Hola ―un Tyler sin recuerdos me sonríe saliendo del un café y fumando un cigarrillo―, ¿eres nueva en el pueblo?
Casi lloro al escuchar su voz de nuevo: ―Mi familia murió y vengo a retirarme del mundo ―lo observo con ternura― ¿cómo te llamas?
―Willow ―extiende su mano, la cual estrecho. Ambos sentimos que el mundo se remueve, que el planeta deja de girar y que ahora, es más fácil respirar.
―Fiorella.
Willow, mi eterno amor, sonríe casi derritiéndose ―: Bien, Fiorella, te invito un café ―Willow me abre la puerta y yo, casi sin aliento y sin decir una palabra, lo invito a construir un nuevo mundo; una nueva especie de vida.
Nuestro amor es la última esperanza de la humanidad. Ahora, por fin estamos juntos otra vez.
FIN
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Balance
General Fiction¿Qué pasaría si te dijera que soy la causa de tus problemas? ¿Me matarías? ¿Y si te digo que no puedes matarme? ¿Qué tal si te pido que lo hagas y acabas muriendo tú? ¿Y si te digo que estuve en el año 1800 y te conozco desde entonces? ¿Qué pasaría...