Aoi se despertó sobresaltada.
La cabeza le daba vueltas, producto del extraño sueño que acababa de tener.
Pero que clase de madre arroj-
"¡Aoi! ¿Estas bien? Se escucho un grito ahogado desde tu habitación".
No queriendo preocupar demás a la menor quien había entrado para checar cómo estaba, Aoi le ofreció una sonrisa.
"Estoy bien Sumi, solo fue un sueño raro... otra vez", aquello hizo que la pequeña con broches de mariposas azules se tranquilizara aunque fuera solo un poco.
"Si algo de verdad sucede, no dudes en avisárnoslo, ¿de acuerdo?", la chiquilla en cuestión le devolvió la sonrisa aunque en menor medida.
"Si, si, lo haré. Kanao ya se habrá ido, supongo", en eso Aoi salió de la cama para empezar a tenderla.
"Así es, se paró muy temprano. Dice que así logrará cazar algo más pronto", dijo Sumi mientras ayudaba a la mayor con el resto de la cama.
"En ese caso yo ya debería prepararme", dicho eso, olvidando lo anteriormente soñado, Aoi se enlistó para el largo día que tenía por delante. Ya he dormido demasiado.
Una vez que Sumi se haya retirado de su habitación para darle un poco de privacidad, Aoi se puso su ropa habitual y se dirigió a la cocina para prepararle el desayuno a las tres niñas, notando que Kanao se había llevado el almuerzo que ella le había preparado la noche anterior. Kanao era muy madrugadora.
Una vez terminando de desayunar, Aoi se encargaría de levantar la cocina y empezar sus verdaderos deberes. Se puso a cocinar lo que para alguien externo serían toneladas de comida, mientras las pequeñas, Naho, Kiyo y Sumi, serían las encargadas de limpiar lo que pudieran de su hogar o atender a algún paciente que requiriera de sus cuidados.
El hogar de las hermanas era conocido como la Finca Mariposa, hospital oficial de la aldea en la que residían. No obstante, debido a la disminución de la población en la aldea, las chicas que vivían ahí no tuvieron más opción que acudir a otros empleos para mantenerse a flote. Kanao, aunque era menor que Aoi, era más fuerte, por lo cual se encargaba de llevar cualquier alimento que se encontrara en los bosques que rodeaban el poblado, después de cazarlo. Aoi, por su parte, había comenzado un pequeño negocio de comida a domicilio, al ser conocida como una excelente cocinera. Las más pequeñas seguían a cargo de la gran mansión hasta el regreso de ambas hermanas mayores.
Una vez terminados los pedidos, Aoi los puso todos en su vieja carreta que ella misma jalaba. Se despidió de las niñas, después de darles las habituales instrucciones sobre el cuidado de la Finca (que ellas conocían de por sí), y se dirigió a hacer sus entregas.
"Si se sienten cansadas, Kanao y yo haremos el resto, ¿esta bien?", después de abrazar a cada una de las menores, Aoi se disponía agarrar su carreta e irse, pero las tres niñas decidieron darle un último abrazo más fuerte que los otros.
"Por favor, vuelve sana y salva".
"Sí, no nos vayas a dejar".
"Más vale que tú y Kanao regresen pronto".
A pesar de lo que supondría una exagerada despedida, Aoi pudo entender a la perfección el estado de preocupación de las nenas. De seguro que a Kanao le fue igual al marcharse, musitó para sí misma.
"Les prometo regresar lo más antes posible. Y esperemos que Kanao pueda cazar algo esta vez para hacer lo mismo". Aoi se regresó para devolver el ansioso abrazo a sus queridas hermanas.
"¿Promesa de meñique?", Naho había preguntado, alzando su manita.
Esas palabras daban tan agridulces recuerdos, que Aoi hacía lo que podía para que las pequeñas no notaran su angustia escondida. Envolviendo el meñique de la nena con broches de mariposa rosa con el suyo propio, trató de regalarle una pequeña sonrisa, "Promesa de meñique".
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La Bella y el Jabalí (B&B InoAoi Ver.)🐗💙
FanfictionA lo largo de su vida ha conocido a varios hombres. Algunos decentes y otros que no lo eran tanto. Pero jamás había conocido a uno que se comportara como una verdadera BESTIA en todo el sentido de la palabra. La cabeza de jabalí definitivamente no a...