Pasó mucho tiempo, el suficiente para que Inosuke se cazara una máscara de jabalí, cuando la situación en la aldea parecía no mejorar por la falta de un Magistrado oficial que viera por su bienestar.
No obstante, llegó un día, que entre los árboles llegaron caras desconocidas a cambiar el destino de la desolada aldea...
Gyomei Himejima, para sorpresa de todos, había arribado con pesadas cadenas rotas en sus largas muñecas, estaba escoltando a un joven de cabello negro, quien no parecía haber lleagdo aún a la mayoría de edad.
Kiriya Ubuyashiki, acompañado dos de sus hermanas gemelas, fueron recibidos de improvisto por la confundida gente del poblado.
El joven príncipe reveló ante todos, como su tío, el actual emperador Muzan, había asesinado a sus padres y hermanas mayores, encubriendo su hazaña con la enfermedad que acechaba a su querido padre. Solo él y sus otras hermanas habían logrado esconderse, hasta dar con el monje ciego que había sido enjuiciado, corruptamente, solo para que Kibutsuji pueda controlar la aldea bajo uno de sus múltiples y despreciables secuaces.
Debido a la misteriosa desaparición de Douma y de los lacayos a quienes había tomado por sobrinos, el emperador comenzó a sospechar acerca de la aldea y de sus habitantes. Kiriya sabía que no podía perder el tiempo. Junto con sus hermanas liberaron al ex Magistrado Gyomei, para que entre todos advirtieran sobre los planes de Muzan, tal vez, así podrían dar un golpe de estado y cobrar venganza por la muerte de su familia y la caída del Imperio bajo sus garras.
Al poco tiempo había llegado una elegante dama acompañada por un curioso gato y su adulador ayudante, habiendo sido contactada por el mismo príncipe. Shinobu la reconoció como Tamayo, la doctora que una vez vino a la aldea y la había convertido en su discípula.
Cuando la ilustre galena, se enteró de las hazañas en las que se involucraron las mayores de las hermanas Kocho en cuanto al demonio conocido como Douma, habiendo escuchado satisfecha, el veneno creado para derrotarlo; tanto ella como Kiriya reunieron la cantidad de gente suficiente para idear una estrategia.
Ya que varios aldeanos sabían diversos estilos de respiración como tradición, estos fueron solicitados para pelear contra el engañoso emperador. Incluso gente que no vivía en la aldea fue invitada a la misión, por lo que Aoi se enteró que antiguos amigos como el hermano gemelo de Yuichiro, Obanai y su esposa, su cuñado Sanemi y su primo Genya, se unirían en el combate.
Por su parte ella, y el ayudante de la doctora, Yuishiro, se encargarían de replicar la medicina que se ocupó para matar a Douma, asesorados por la misma Tamayo y por Shinobu, quienes también se integrarían a la batalla. EL señor Rengoku, Uzui y Tomioka, igualmente, se enlistaron.
Kanao, Tanjiro, Zenitsu y hasta Inosuke no dudaron en ser voluntarios. Tanjiro, especialmente, se sentía determinado en ir. Pidió a la enfermera que cuidara de Nezuko mientras él se iba a luchar. Había percibido el olor de las cadenas del señor Himejima, y la fragancia coincidía con la que recordaba del demonio que había asesinado a su familia y convertido a él y a su hermana en animales.... quien sea que fuera.
Aoi sintió mucha angustia por el joven con máscara de jabalí, por lo cual, durante la quebrantante despedida, le hizo prometer que regresara sano y salvo, que cuando volviera ella lo esperaría con un plato de tempura solo para él.
El jabalí la abrazó y besó (Zenitsu se quejó con su chillona voz) antes de que partieran a ese incierto futuro...
Varias semanas pasaron, y mentiría que no se sentía nerviosa por el bienestar de toda esa gente tan querida a su corazón. Además, no quería admitirlo en voz alta, pero tanto Yuishiro como Tamayo, desprendían un aura que le suscitaba varias dudas con respecto a su identidad... Había escuchado al trío hablar cómo es que con sus sentidos, pareciera que ambos y hasta el gato emanaban ciertas vibras, que si bien no eran peligrosas, los hacían ponerse alerta.
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La Bella y el Jabalí (B&B InoAoi Ver.)🐗💙
FanficA lo largo de su vida ha conocido a varios hombres. Algunos decentes y otros que no lo eran tanto. Pero jamás había conocido a uno que se comportara como una verdadera BESTIA en todo el sentido de la palabra. La cabeza de jabalí definitivamente no a...