Capítulo 9

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¿Es tan malo enamorarse a pesar de ya estar casada?

No quería pensar en lo que su marido haría si se enterara.

¿Le prohibiría verlo?

No. Era más probable que la mataría.

Y si lo hacía, ¿qué sería de su hijo?

Olvidando lo que pensaba hace un momento, la mujer entró a la única farmacia de su diminuta aldea.

Un hombre de pelo negro, y ojos azules que escondía tras unos anteojos la recibió con una sonrisa.

Pero al verle la cara su sonrisa de bienvenida se transformó en una de pena.

"¿Se cayó en el baño otra vez?"

La mujer se limitó a reír no sin cierto nerviosismo.

"Ya me conoce. Soy muy torpe"

Aunque no muy convencido, el hombre le entregó una pomada para el moretón de su rostro.

"Al menos cada día se ve más contenta. Me alegro de eso"

La joven le sonrío dulcemente, "Todo es gracias a él".

Él. Un apuesto y joven sacerdote acababa de escapar de la masacre de su antigua aldea, y decidió establecerse en la de ella para iniciar su propio culto.

Lo había conocido en las pocas veces que su esposo le permitía salir por su cuenta.

Y con el pasar del tiempo se habían vuelto muy cercanos.

"No confío mucho en él", el boticario del pueblo confesó su incomodidad, "Pero se nota lo mucho que la estima a usted".

La sonrisa de la mujer rivalizaba la del sol, "Por favor, no le diga a nadie... pero a veces actúa más como un padre para mi hijo que mi propio esposo".

Como si estuviera de acuerdo, el bebé en brazos de la chica soltó una risilla.

"Veo que ya ha crecido", admitió el hombre, "Pronto alcanzará a mi hijita. Se llevan muy poco en edad, ¿no es así?"

"Así es"

"Tal vez algún día, podamos presentarlos para jugar. Mi esposa estará encantada. Seguro se harían muy buenos amigos apenas se conozcan."

"Le diré a mi marido, a ver qué decir", aunque la mujer sabía mejor que eso.

Despidiéndose, salió de la farmacia, no pudiendo evitar pensar en el apuesto sacerdote.

"M-ma... maa"

"Tienes razón, mi amor", dijo como si adivinara los pensamientos de su bebé, "¿Por qué no vamos a visitar a nuestro amigo? Tú padre no llegara hasta muy tarde..."

Definitivamente, su vida se había vuelto más colorida desde la llegada de ese hombre de ojos tan hermosos y únicos...

No podía estar más equivocada.

Corriendo a través de las calles ensangrentadas, en lo que ahora era un pueblo fantasma, la mujer sostenía a su bebé cerca de su corazón.

Cómo no me di cuenta... ¡Soy tan TONTA!

Ahora todo tenía sentido: el pasado trágico, las jóvenes desaparecidas, los frecuentes cadáveres, ¡durante la noche más que nada!

No quedaba nadie más que ella y su niño.

Ya se hallaba lejos de su pequeña aldea, pero sabía que ÉL la alcanzaría.

Hasta que se cruzó con una desviación: un sendero y un bosque.

La Bella y el Jabalí (B&B InoAoi Ver.)🐗💙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora