Capítulo 2

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Lo que Aoi detestaba más de sus encuentros con los hermanos Shabana era lo que pasaba después. 

La gente rumoreaba sin cesar acerca de lo ocurrido, especialmente aquellos que lo vieron en primera persona, sin siquiera mover un dedo. 

A Aoi le frustaba, ¿pero qué podía hacer? A la gente le encantaba el chisme.

Entre todas sus hermanas, ella era la que menos brillaba... por así decirlo.

Todas adoraban a las hermanas mariposa, como les llamaban, pero con Aoi siempre era más difícil convivir. Si no fuera por su permanente cara de regaño y sus palabras sinceras aunque directas, tal vez la gente empezaría a ver que ella podría valer lo mismo que las demás. 

Incluso hasta considerarla tan bella como ellas. 

Solo tal vez.

Originalmente, Aoi no había nacido en la aldea, y no fue sino hasta que sus hermanas mayores la adoptaron que empezó a vivir ahí. Así que desde un principio, sentía que no encajaba.

Pero, si no fuera por Daki y Gyutaro, su existencia en la desolada aldea sería por lo menos más tranquila. Podría pasar desapercibida sin la necesidad de ser humillada.

Todo comenzó cuando el emperador Ubuyashiki sucumbió a su rara enfermedad y el trono fue cedido a un pariente suyo, el actual emperador Kibutsuji.

Al ocurrir aquello, la aldea dejó de recibir el favorecimiento del cual prosperaba a causa de Ubuyashiki, y varias bajas en muchos aspectos se hicieron presentes.

Pero en lo que todos están de acuerdo fue que la perdida más grande para el pueblo fue cuando arrestaron al anterior Magistrado, Gyomei Himejima, quien por órdenes reales fue trasladado a la capital para ser sometido a juicio.

En su lugar, el mismo Kibutsuji asignó a Douma para cubrir su lugar como el nuevo protector de la aldea. Muchos aceptaron este cambio con resignación. Los demás que se opusieron se marcharon.

Aoi recuerda que el primero en irse fue el sabio y viejo amigo de Himejima, el señor Urodokodaki. 

Luego le siguió su buen amigo de la infancia, Muichiro, a insistencia de su hermano gemelo.

En ese momento, Aoi empezó a nombrar la lista de todos aquellos que se marcharon al no poder estar de acuerdo con el liderazgo del Magistrado Douma. Hasta que llegó a la última persona en irse de la aldea, Sanemi Shinazugawa.

No obstante, sabía muy bien que Douma no tenía la culpa de su partida.

Pero no por eso la razón dejaba de ser menos... terrible,

Sanemi era como un hermano mayor quien, a pesar de su intimidante ser, siempre trató bien a todas las hermanas mariposa, en especialmente a una: su hermana mayor, Kanae, la entonces esposa de Shinazugawa.

Kanae era la mayor de todas y la más amable, lo suficiente para cautivar el turbulento corazón de su marido.

Así que uno no podía imaginar el rostro del joven Shinazugawa cuando le entregaron el rasgado haori  de su mujer, a orillas del Bosque Prohibido después de andar desaparecida por varios días.

Al ya haber perdido a su madre y demás hermanos, Sanemi no pudo con la noticia y al día siguiente, después de despedirse de las demás hermanas mariposa, se fue junto con la bebé que tuvo con Kanae y su hermano Genya, a quien las chicas estimaban como a un primo.

A partir de eso, Douma, quien recientemente había empezado su cargo como Magistrado, decretó la penalización de cualquiera que se acercara al Bosque Prohibido. Un bosque que se extendía a lo largo de una siniestra montaña del cual se rumoreaba existían monstruos y demás criaturas con intenciones malignas y habilidades encantadas. 

La Bella y el Jabalí (B&B InoAoi Ver.)🐗💙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora