Capítulo 14

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A diferencia de los otros días, Aoi empezó a pasar más tiempo con Inosuke. Junto con el apoyo y la instrucción de Koshin, hizo todos los exámenes necesarios que pudo para acostumbrarse a la reacción de su organismo a diferentes sustancias. Ambos continuaron yendo por más muestras de sangre de demonio y plantas. Fue un proceso largo, agotador y que requería de mucha paciencia. Pero aquello le daba la oportunidad de volverse más unida al joven jabalí, por lo cual no era del todo dañino.

Algunas veces, pareciera que todo el empeño en crear una cura que llegue a funcionar en Inosuke no era más que un caso perdido. Pero si había algo que la enfermera de coletas había aprendido durante todo este tiempo en el Bosque Perdido, era que siempre debía encontrar una alternativa. 

Tal vez no era la persona más fuerte ni la mejor usuaria de respiraciones, sin embargo, su conocimiento en cuanto a medicina y plantas fue lo que la han salvado y a los que estima incontables veces.

"¡Inosuke, tu cola!", ocurrió un día en el que Zenitsu exclamó con bastante elocuencia.

"¡¿EH?! ¡¡QUÉ CON ELLA!!"

"¡No, ESTÚPIDO! ¡Tu cola de jabalí ya no está!"

"De hecho... ¿soy yo o sus brazos son menos peludos que antes?", empezó a aportar Tanjiro.

Con más estudios, Aoi comprobó satisfecha, que el joven, en efecto, estaba respondiendo a la cura modificada, aunque el proceso de recuperación fuera más largo que el de los demás.

Llegó el momento en el que las pezuñas de Inosuke adquirían una forma más de pie, al mismo tiempo en el que a sus piernas se les empezaba a caer el pelaje gris, dejando ver sus musculosas extremidades en una piel más trasquilada y firme.

En ningún momento, la enfermera dejó de cuidar de él.

Había designado un lugar específico del Bosque Prohibido donde todos sus pacientes pudieran comenzar un régimen de rehabilitación para practicar cómo volver a ocupar sus cuerpos humanos. Mientras los otros que ya habían recuperado su figura, ensayaban por su parte, la joven de coletas sostenía al jabalí de un costado, ayudándole a acostumbrarse a sus nuevas piernas y pies.

"Maldito jabalí... Ya lleva días desde que su parte inferior regresó a la normalidad... De seguro solo está fingiendo para estar pegadito a Aoi...", el rubio mascullaba mientras con sus manos partía unas cuantas nueces. Necesitaba aumentar la fuerza del agarre de sus nuevas y más grandes manos.

"Vamos, como si eso no fuera algo que tú harías, Zenitsu", Tanjiro había dicho con una sonrisa, mientras estiraba sus extremidades, ahora, humanas , "La verdad estoy muy feliz por ellos"

"No es como si yo tampoco lo estuviera...", sus manos empezaban a sudar cansadas, "¡Pero es tan injusto que no me dejes estar así de abrazadito con Nezuko-chaaan!"

La mencionada estaba descansando en la cueva. Aparentemente, la medicina hacía que se recuperara mejor mientras más durmiera.

La de coletas y el jabalí estaban muy absortos el uno al otro como para interesarse en la discusión del rubio y el pelirrojo no muy lejos de ellos. 

"Dime si sientes algún cambio o incomodidad en tu cuerpo, ¿de acuerdo?"

Inosuke asintió, asegurando que todo su peso no recayera en la determinada y cuidadosa joven en la que se apoyaba para caminar. Secretamente, Zenitsu no mentía del todo, realmente, le gustaba tenerla así de cerca. 

"Mi piel se siente más sensible que antes... Especialmente donde ya no hay más pelo gris"

Aoi suspiró aliviada en su mente. Eso significaba que su buen sentido del tacto todavía permanecía, incluso que había incrementado.

La Bella y el Jabalí (B&B InoAoi Ver.)🐗💙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora