La Bella y el Jabalí (B&B InoAoi Ver.)🐗💙

Capítulo 3

Lo primero que hizo Aoi al llegar a la Finca fue dar un largo suspiro.

Mencionar que las acciones de la mañana la mantuvieron estresada a más no poder era decir muy poco.

Apenas ingresó por la entrada principal, una chiquilla de trenzas sujetadas por broches verdes de mariposa salió a recibirla con un abrazo.

"¡Aoi ya volvió!", la pequeña Kiyo alertó a sus demás hermanas.

Después de estacionar la carreta en su respectivo sitio, Aoi notó como las tres se veían más animadas que cuando las dejó.

"¡Nos alegra ver que estás bien!"

"¿Por qué no lo estaría?", respondió con una sonrisa a Sumi.

"El Magistrado Douma vino a preguntar por ti y nos contó lo que pasó en la plaza"

La sangre se le heló cuando un detalle inquietante pasó por su cabeza, "¿El Magistrado estuvo aquí?".

"Sí, pero se marchó al darse cuenta que seguías trabajando.

Aoi asintió, pero no pudo evitar preguntar, "Y... ¿estaban solas cuando eso ocurrió?".

Al ver que Naho negó la cabeza, soltó un suspiro que no sabía la estaba sofocando.

"El señor Murata vino por lo de su brazo fracturado y fue él quien le abrió la puerta al Magistrado", intervino Kiyo.

"Ya veo", tendrá que agradecerle la cortesía al señor Murata cunado lo vea, "Entonces supongo que el se habrá ido y ustedes se quedaron solas esperándome".

No obstante las niñas solo se miraron entre sí, sonriendo traviesas ante algo que Aoi desconocía.

"Bueno... respecto a eso-"

"Aoi"

Una voz casi silenciosa y escurridiza capturó la atención de todas; sin embargo, fue Aoi quien se llevó la sorpresa más grande de todas.

"¡Kanao!"

Como si de una niña pequeña tratase, corrió a darle un gran abrazo a su querida hermana.

En ese momento, cualquier recuerdo de Daki, el Magistrado y toda la ansiedad que la atormentaba desde la mañana dejaron de existir.

Kanao había vuelto sana y salva y eso era lo que importaba.

"¡No sabes lo mucho que me alegra que estés en casa! ¿Pudiste cazar algo?"

La calmada joven que en ese momento le había regresado el abrazo con la misma intensidad, la miró con su usualmente inexpresivo rostro, aunque Aoi podría asegurar notar un poco de decepción en aquel.

Antes de responder, sacó algo del bolsillo de su pantalón. Una moneda oxidada a la cual lanzó al aire.

Una vez que cayó en su mano y revisó su contenido, Kanao se dejó ver en ella una expresión de angustia.

"No... lo siento", su voz apenas se escuchaba.

Aoi no pudo evitar compadecerse de su hermana. Ya era la séptima vez.

No sabía qué hacer. Pronto se quedarían sin recursos si las cosas seguían así. La Finca Mariposa era un lugar enorme y demandaba cuidados precisos... y algo caros.

No se podían permitir perder el último legado de sus hermanas mayores.

"Ya veremos qué hacer, pero antes vamos a comer, de seguro tendrás mucha hambre, ¿no?"

Como si le contestara, el estómago de Kanao dio un sorprendente rugido que hizo ruborizar a la avergonzada y muy hambrienta jovencita.

Llamando a las niñas para que le ayudaran, Aoi rápidamente preparó algo con lo que aún quedaba en la almacena.