Capítulo 8

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"¡¡AGH!! ¡Eso duele mujer!"

"¡Dolería menos si te estás quieto!"

Habría sido un infierno traer a un EXTREMADAMENTE pesado hombre jabalí por quien sabe cuanto tiempo, de no ser porque el bosque parecía llevarla intencionalmente hasta la cueva con los demás.

Tener a un Inosuke moribundo e inconsciente en su espalda la había desmoralizado como no tenía idea, por lo cual al verlo despierto ya en su nido, mientras le empezaba a aplicar el tratamiento básico para sus graves heridas la había hecho muy feliz.

Claro que ahora lo estaba reconsiderando.

"¡Y ni se te ocurra hablar; mucho menos gritar! Fue en tu garganta donde más daños sufriste"

La cabeza de jabalí hizo un sonido de desagrado parecido a un puchero, lo cual entretuvo a Aoi.

Ya había hecho un chequeo general de su cuerpo y garganta, y gracias a que era una enfermera preparada, sacó de su maletín todo lo necesario para curarlo, vendas, gasas, antisépticos, todo un botiquín profesional.

Progresó mucho en detener el sangrado, incluido el que provenía desde su cavidad bucal, a pesar de la resistencia de Inosuke para ser médicamente atendido.

A su lado se hallaban unos consternados animalitos. Ponjiro era el más preocupado, mientras que Nesugi se tuvo que llevar a Chuitsu de la habitación a petición de Aoi, pues no paraba de llorar.

"¡Nooooo! ¿Ahora quien nos va a proteger? Pobre Jefecitooo... Incluso es más joven que yo... ¡no se puede moriiiiir!", chillaba abrazado de la igual de angustiada (aunque no se sabía si era por su Jefe o porque Chuitsu, de encimoso, la apachurraba) conejita.

Mientras el ratón era consolado por su amada, la joven de coletas no pudo evitar conmoverse por lo mucho que apreciaban estos tres roedores a su "Jefe", a pesar de su carácter tan bestial.

Actitud que habló por sí misma cuando un furioso jabalí le recriminó al rubio llorón, "¡Cállate Chunizo! ¡El Rey de las montañas no se morirá por un poco de sangre perdida! ¡Soy más fuerte que eso! ¡Jaja-OUCH!"

Aoi le vendó el brazo con más fuerza, "¡¿Qué fue lo que dije sobre seguir hablando?!".

Sabía que aquello solo le daría más ganas de discutir, por lo cual simplemente ignoró al enojado joven salvaje quien le gritaba (o trataba de hacerlo) con su ronca y dañada voz debido al estrangulamiento que recibió hace unos momentos.

"¡¿EH?! ¡Pero si te salve muchas veces, maldita sea! ¡¿Porqué tengo que obed-?!"

"Ponjiro, crees que podría inspeccionar el laboratorio de... ¿Koshin? ¿Así era? ...Tal vez haya algo ahí que me sirva"

"Sí creo que no hay problema", el mapache la miró agradecido, "Ella es la que suele lograr que el Jefe se quede quieto mientras lo sana".

"¡ESO NO ES CIERT-!"

"Así que muchas gracias por cuidar de él en su ausencia", el rojizo roedor se fue del cuarto para darles más privacidad.

Aoi solo asintió. Luego buscó entre sus cosas una jeringa esterilizada y con cierta sustancia, la cual, con mucho cuidado, acercó al brazo de su problemático paciente.

Al notar su intención, Inosuke se calló por completo. Con un movimiento rápido que le hizo sentir más dolor que el necesario (aunque se esforzó por reprimirlo) alejó su brazo de la joven enfermera.

"O-oye. Yo no soy un demonio. ¿Por qué me quieres atacar con esa pequeña arma?"

"Es un sedante. Te ayudará a descansar y a relajar el dolor restante en tu cuerpo. También es menos probable que hables estando dormido por lo cual, igualmente, aliviará a tu garganta"

La Bella y el Jabalí (B&B InoAoi Ver.)🐗💙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora