Capítulo 12

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Lunes.

¡Nooooooooooo! Esto es la muestra de que el destino, el karma, Dios, Zeus y todos los demás me detestan.

El fin de semana se fue volando y yo me encontré en mi casa el domingo en la tarde. Después tuve que hacer mis tareas y ejercicios del viernes que no fui a la escuela.
Mis padres no se dieron cuenta de mi ausencia, eso me molesta un poco, soy su maldita hija. Si no querían hijos hubieran usado un maldito condón. O como dice Lilo, comprado un conejo.

Prendí mi teléfono cuando llegué a mi casa y estaba vacío. No tenía mensajes ni llamadas. Eso me dolió. Muy dentro de mi quería que se compadecieran de mi ser y se sintieran mal para pedirme perdón. Pero no.

–Vamos a clases- me dice Kara.

Asiento y camino con todos mis sentidos en alerta. No me he topado con los chicos o el profesor. Pero hoy me toca detención. Mátenme.

Entramos a la clase y nos sentamos juntas. El profesor entra y la clase comienza.

~

–Suerte en detención- me dice Kara. Asiento y me encamino al salón de francés para que me de mi trabajo del día.

Llego y toco la puerta. La clase ya esta llena. El profesor me ve y me pide que me acerque. Camino a su escritorio

–Buenos días profesor- lo saludo.

–Buen día Miller- me da una hoja-. Quiero que vaya con las secretarías y que le firmen esta hoja. Después va a detención y le da la misma hoja al señor Williams y después regresa aquí.

–¿Puedo volver a entrar a esta clase?- siento una alegría inmensa.

–Sí, pero no voy a ser tolerante si vuelve a suceder algo como la vez pasada.

–Le aseguro que no volverá a pasar- le sonrió-. Muchas gracias, ya regreso.

Salgo sonriendo del salón en la dirección de las oficinas. Cuando llego voy con una de las tantas secretarías y le doy el papel.

–Buenos días- me dice.

–Buenos días, el señor Phil me dijo que si podía firmar esto- le señalo el papel. Ella lo mira y asiente.

–De acuerdo.

Con una pluma firma en una de las esquinas y pone un sello. Me sonríe y me lo devuelve.

–Gracias.- le digo.

Camino más feliz por los pasillos. Por fin me largo de detención. Ya no voy a verle la cara a esos ogros junto con ese Williams. Suspiro de felicidad y doy vuelta a la derecha. Apresuro el paso y cuando estoy frente a la puerta de detención la felicidad se esfuma de mi. Tengo que entrar pero no quiero hacerlo. Eso sería ver a Georg y no podría soportarlo.

–Vamos Roh, tú puedes- me doy ánimos yo sola. Pongo la mano en el pomo y la voz de Williams dice mi nombre.

Quito la mano del pomo y doy unos suaves golpes en la puerta. El profesor se queda callado y escucho que se acerca. La puerta se abre y me encuentro con la cara que menos deseo.

–Llega un poco tarde, ¿no cree?- abre más la puerta-. Pase.

–Lo siento, tuve que ir a las oficinas- camino detrás de él sin voltear a ver a las bancas. El profesor se sienta en su escritorio y yo me quedo parada.

–¿No piensa sentarse?- me dice el profesor.

–Vengo a entregarle esto- le doy el papel. Él lo mira. Miro de reojo a las bancas y veo la cara de los gemelos.

Waiting for a girl like youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora