Capítulo Especial

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–¡En todos mis años estudiando jamás había ido a detención!– escucho lamentarse a Bill.

–Ya deja de gritar, siempre te estás quejando– le dice Tom–. Mira a Gustav, es el mejor promedio de los cuatro y también está en detención– señala a Gustav que está mirándonos cansado.

–Bueno ya, no es para tanto, los mandaron por 3 clases– les digo para terminar el asunto.

Vamos saliendo de la cafetería después de almorzar algo, caminamos por los pasillos, varias personas nos miran. Aunque tratemos pasar desapercibidos, llamamos la atención por todas las razones que puedas pensar, buenas y malas.

–Ya quiero que sea viernes– dice Tom.

–Deja de decir tonterías, apenas es lunes– le contesta Bill.

Doblamos la esquina y escuchamos murmurar a unas chicas que están frente a un casillero.

–Dicen que el profesor nuevo es 3 años más grandes que nosotros.

–¿Creen que tenga novia?

–No creo, pero no veo problema

Seguimos caminando rumbo a nuestros casilleros.

–¿Entró un profesor nuevo? Eso es raro– murmura Gustav.

–Si, y más extraño a mitad de curso– contesta Bill.

¿Otro profesor? ¿A mitad de curso?

Llego a mi casillero, guardo algunas cosas y saco otras. Tres clases más y se acaba esta tortura.

–Georg, estamos en problemas– escucho a Tom acercarse a mi, lo miro y su cara es de alerta.

–¿Qué sucede?– veo a los demás acercándose a mi, con una mirada sombría.

Cierro mi casillero y veo sus caras pasmarse. Giro mi cabeza a donde ellos miran y no puedo evitar mi sangre congelarse y hervir al mismo tiempo.

Él no nos mira, sé que sabe que estamos aquí, pero ¿cómo? ¿Quién le dijo?


–Austin Williams, ¿Austin Williams?

–¡De todos los imbéciles que trabajan para Zuckerman, tuvieron que enviar a ese!- grita Tom.

Estamos en la casa, aún sin poder recuperarnos del asombro. Hemos sacrificado tanto para estar más cerca de separarnos de esto, de tratar de ser invisibles para Zuckerman pero siempre está diez pasos adelante de nosotros.

–¿Cómo lo hizo? ¿Cómo supo? ¿Quién...?

–¡No sé!– interrumpo a Bill con un grito– No sé que es lo que pretende, o que quiera, hasta donde supe él ya no trabajaba con ellos.

–Chicos, se que es difícil pero tenemos que calmarnos y pensar con la cabeza fría. Debemos averiguar si es cosa de Zuckerman o él trabajando sólo.

Entro a detención y veo a ese imbécil. No miento cuando digo que nuestras miradas pueden matarnos en cualquier momento.

Voy a mi asiento y escucho como se presenta, como finge y actúa como un buen tipo. Juro que con cada palabra que sale de su boca mi puño se cierra más y solo quiero volarle la cabeza.

Llevamos media hora con este payaso y yo finjo hacer mis apuntes. Siento miradas por mi espalda y sé perfectamente que los chicos están alerta, no están cómodos ni yo tampoco. Miro a Williams y está mirando a un punto en específico, sigo su vista y es Roh.

Los gemelos están tonteando con ella, haciéndola reír, lo que sea que ellos hagan para que las mujeres se rían. ¿Qué tiene con ella? ¿La conoce?

Waiting for a girl like youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora