Alguna vez se han preguntado ¿cuál es su propósito en la tierra?, ¿Qué es lo que les depará el futuro?, ¿Por qué siempre tengo que ser yo?, ¿Por qué Dios me odia?, ¿Qué fue lo que hice para merecer esto? Ó simplemente desear que la tierra te coma y te escupa a mil años luz, donde nadie pueda encontrarte y así tú puedas estar tranquila y en paz. ¿Si lo han hecho? Yo sí. Y muchas veces. Y esta es una de esas veces.
–Georg tengo que regresar a los perros, así que adiós- doy media vuelta y los perros me siguen.
–Esta bien, yo voy contigo- se adelanta y abre la puerta de su auto.
–No voy a subir al auto, iré caminando- le digo y me paso de largo.
¿Quieren saber como es que llegué a este diálogo con él? Bueno.
Mierda, mierda, mierda y más mierda. Estoy muerta, ahogada, crucificada, enterrada y desterrada de la existencia. Los feroces, vacíos y verdes ojos de Georg me están matando con la mirada. Los perros ya no están durmiendo, le gruñen a Georg y creo que están apunto de atacarlo si hace un movimiento brusco. Ojalá yo pudiera gruñirle y después morderlo para que suelte mi libro de francés y así se largue de aquí, y después no se vuelva a acercar a mi. Pero nada es tan fácil, si pido, ruego, imploro a todos los dioses del mundo nadie me quitará a Georg del camino. O a mi de su camino. Es la ley de mi vida el estar sufriendo tanto.
Di algo tonta, no te quedes callada.–Hola- lo saludo cordialmente. Mi voz no puede sonar más nerviosa y asustada. Trato de poner una sonrisa en mi cara pero no sale genuina.
–Tenemos que hablar- me dice con el tono que utilizó cuando me secuestró.
–¿Te importa si no lo hacemos?- sonrío. Le quito el libro de sus manos y tranquilizo a los perros- Tengo que llevar a estos perros a casa.
Me levanto casi de un salto y guardo en mi mochila mis cosas. La mirada de Georg me quema en la nuca. Si tuviera un rayo láser, ya me habría matado enseguida. Sujeto bien todas las correas y me encamino.
–¿No escuchaste lo que te dije?- me dice parándose enfrente de mi.
–Sí, pero ahorita no tengo tiempo. Lo pienso hacer mañana, pasado- lo rodeo- ó nunca.
Siento como toma tres de las correas. Eso impide moverme. Los perritos comienzan a desesperarse y me ven con cara de preocupación.
–¿Puedes soltar las correas?- le digo. No quiero hacerlo enojar. Es capaz de que toma un perro y lanzarlo del otro lado del parque.
–Hablemos y te regreso tus asquerosos perros.
–No tengo tiempo, no son mis perros así que si no te importa- le quito sus dedos de las correas y sigo caminando.
–Roh.
Me detengo. ¿Ha dicho mi nombre? ¿Sabe mi nombre? Nunca lo había escuchado llamarme así. No voltees, sigue caminando.
–Roh.
Maldita sea. Suena genial cuando él lo dice.
–Sólo voy a dejar a los perros, regreso y así podemos hablar todo lo que tu quieras- le sonrío pero a el no le hace gracia.
–Vamos a hablar ahora...
Y es así como llegamos al inicio de este relato. Él me sigue por la calle que va a la casa de la señora Cruz. Me siento en una película. Él es el secuestrador y yo la víctima.
Llego a la puerta de la casa y saco la llave. Los perros entran corriendo, al igual que yo. Cierro la puerta detrás de mi y respiro varias veces.–¿Por qué?
Les quito las correas a los bebés y les pongo agua y comida en su tazón. Los acaricio por última vez y ruego a los cielos que Georg se haya largado.
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Waiting for a girl like you
Teen Fiction❕HISTORIA RE SUBIDA, EDITADA Y EN PROCESO DE TERMINAR❕ Roh Miller ha estado enamorada de Georg Listing desde el día en que lo vio por primera vez. La gente habla mal de él por las cosas que hace, cosas que Roh no quiere creer. Hasta que un día, se d...