Capítulo 7

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Okay, analicemos la situación:

Estoy en un auto con cuatro hombres. No son de muy buena compañía. Hay un loco en una fiesta de la que acabamos de salir. Vi como mataban a una persona, otra vez... Y desde aquí puedo escuchar todas las maldiciones que Gerog puede inventarse para mi.

Yo tampoco quiero estar aquí, bitch.

Miro a mi lado y Bill me sonríe. Dios, tiene una carita de ángel pero no lo es. Me tiró del fuego a la sartén. Le sonrío de vuelta.

La camioneta se detiene y todos salen por las puertas. ¿Qué hago? Bill se detiene y me mira.

—¿No podrías llevarme a mi casa?– le pregunto.

—No, lo siento. Mañana te llevo. Ahora ven- me ofrece su mano. Dudo en tomarla o no, pero Bill no me da ningún indicio de que quiera llevarme a mi casa.

Tomo la mano de Bill y me ayuda a bajar. Caminamos a la casa y me deja el paso. Entro y es como la recuerdo... No es que me la pase recordando la casa de Georg o algo por el estilo.

Bill se va de mi vista y yo me quedo en la entrada, parada y sin saber que hacer. No veo a Georg y eso es bueno, creo que esta enojado por tenerme de nuevo en su casa. Pero las dos veces yo no pedí venir.

—¿Gustas sentarte?– me dice un rubio de lentes. Gustav.

—Gracias– murmuro y camino al sofá más cercano. Me siento y me quedo mirando mis balerinas.

El hermano gemelo de Bill llega y se sienta en otro sillón que está a mi lado. Se pasa la lengua por su arete del labio y eso me incómoda. Llega Bill y se sienta junto a Gustav.

Siento la mirada de los tres pero no levanto la vista. Escucho unas pisadas bajar de las escaleras.

—Tú- me grita Georg, pero no lo veo. Veo sus botas pararse delante de mi.

—Hey, déjame a mi– le dice Bill. Veo los zapatos de Bill caminar donde están los de Georg y después sólo los de Bill–. Roh... ¿Si te llamas así?

Asiento.

—¿Con quién fuiste a la fiesta?

—Con mi amiga Kara.

—¿Dónde está tu amiga?

—Con uno de nuestros amigos, supongo- lo último lo digo en un susurro, sólo para mi.

—¿Me podrías decir si viste algo?– Oh Bill, vi muchas cosas.

—Yo no vi nada– digo.

—¡Di la verdad!– grita Georg y se levanta. Quita a Bill de mi vista y ocupa su lugar.

—Georg– dice Gustav.

—No te creo eso de que no hayas visto nada. ¿Qué viste?

Me quedo en silencio. No pienso decirle nada a este tipo.

—Bill- le llamo, él me mira– ¿puedo usar tu baño?

Georg gruñe y Bill asiente. Se levanta y yo igual. Lo sigo y me lleva al baño de abajo.

Me meto antes de que me diga algo y cierro la puerta, con seguro.

Me siento en la tapa del inodoro y saco mis dos celulares. Marco el número de Kara. No me contesta. Lo intento otras dos veces y nada. Abro el otro celular y vuelvo a marcar.

—Contesta....

Al tercer timbre escucho la voz de Kara.

—Roh, ¿dónde te metiste?

Waiting for a girl like youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora