Waiting for a girl like you

Capítulo 15

—No puedo creer que le hayas dicho eso a Bill– Kara mete una fritura en su boca.

—No voy a gastar mi dinero en un vestido para un tonto baile– le contesto–. ¿Ya tienes el tuyo?

—Noup. He visto miles de tiendas y no encuentro el indicado. Es tan frustrante que voy a llorar.

—¿Quien va a llorar?– escucho la voz de Tom que se acerca. Lo saludo y Kara también, pero de beso en la mejilla. Mmm... Extraño.

—Yo–dice Kara.

—¿Por qué?

—Porque no ha encontrado el vestido perfecto para el baile– le contesto. Ella asiente con una cara de pesar muy falsa.

—Oh. Hablando de vestidos, Bill me contó lo que le dijiste– me sonríe–, buen trabajo. Ayer se la pasó refunfuñando todo el día.

—Me alegro. Ojalá no quiera comprar mi vestido y entonces no tengo que ir al baile– digo distraída. Es lo mejor para mi. No quiero ir a ver toda esa decoración tonta, a las chicas ridículas con sus parejas tontas y sus vestidos aún más tontos.

—No creo que eso sea posible... Pero bueno–Tom toma algunas frituras de Kara y se las come.

Mi teléfono suena y es un mensaje de Gustav. Cumplió su palabra de llamarme cada hora y todo eso.

—Tengo la solución al problema de tu vestido– le dice Tom a Kara. Levanto la vista porque me da curiosidad.

—¿De verdad?– Kara luce igual que yo, pero también sorprendida. Tom asiente.

—Yo te ayudaré a buscar un vestido, que te quede a la perfección. Será grandioso. Hasta Roh te tendrá envidia– me mira con desdén. ¿Quién se cree este?

—¿Estas seguro?– claro que no esta seguro.

—Sí. Te veo hoy en la salida. Adiós chicas.

Tom se va y Kara tiene la sonrisa más fea que he visto en ella. ¿Alguien esta celosa de que no le quieran comprar su vestido y a su amiga si? Cállate, no estoy celosa.

—¿Por qué nunca me dijiste que eran así de lindos?– me dice Kara.

—Porque nunca se mostraron tan lindos.

—Ya me voy, Tom me esta esperando– Kara es la mujer más entusiasmada del planeta en este preciso momento.

—Sí, si...

—Ve con cuidado– me abraza y siento que su boca se pega a mi oreja–, celosa.

Se despega de mi con una sonrisa en su cara y se va. ¿Celosa? ¡JÁ! Nunca.

Espero a Gustav para ver si puede llevarme a casa, pero no está por ningún lado.
Camino por los pasillos buscando lo y lo encuentro afuera de la biblioteca con Mony. Sonrío. Hoy no me llevará a casa. Saco mi teléfono y le escribo un mensaje para que no se preocupe de llevarme a mi casa.

Salgo de la escuela y paso por un grupo de chicas que hablan y hablan sobre sus horribles vestidos para el baile.

"El mío es azul turquesa". "El mío será rosa y largo". "Pues el mío es rojo y hace que mis senos se vean más grandes".

Que horror. ¿Por qué no puedo ser una mujer normal y emocionarme con la ropa?

—Miller– alguien dice mi apellido.

Creo saber quien me llama. Me giro y sí, estoy en lo correcto. Sara Turner.

—Turner– digo en el mismo tono que ella.