capítulo siete

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¿Cómo los habían asesinado? Vi su rostro, se llenó de melancolía, ella solamente lo cambió a uno serio, tomándome de la mano haciéndome caminar rápido, casi de puntillas. Entramos en una especie de hotel, caminando rápidamente, habían demasiadas personas con características físicas extrañas, no sabía como explicarlo.

¿Monstruos? 

No sé como expresarlo, eran literalmente monstruos. Eran grandes, algunos rechonchitos, otros altos y delgados, otros tenían dos, tres ojos. Estaba impresionada, pero la chica me jalaba del brazo para caminar rápidamente, no podía divisarlos bien, los veía borroso por el pánico que estaba sintiendo

—¿Qué pasó, por qué no puedo ver? —Susurré atrás de ella, ella era un poco más alta que yo. —¿Estoy escondida?

Ahora que lo pienso, pude tener tiempo de observarla aunque estuviera dándome la espalda. Era también pálida, pelo café. Era muy bonita.

Ella me miró por encima del hombro, viendo a todos los lados para que no nos reconozcan.

—No se permiten humanos aquí, ya te dije. —Susurró nerviosa. —Solamente, quédate quieta y sígueme, ¿sí?

Asentí, fingiendo que mi boca era un cierre cerrándolo, tirando la llave, ella rodó los ojos sonriendo, comenzando a caminar, pero de la nada bruscamente paró su andar, y saludó a uno de los invitados. Yo me escondí atrás de ella para no levantar sospechas, pero todo empeoró cuando vi un enorme monstruo que estaba atrás mío acercarse a Lin, mi mano comenzó a tocar la pared hasta toparse con una chapa, la abrió y entré a esta, cerrándola. 

Suspiré de tranquilidad, hasta que escuché como alguien tosía, me di cuenta que había un chico de ojos increíblemente celestes viéndome enojados. 

—¿Cómo entraste aquí? 

—Por la puerta.

La señalé. Este se paró caminando hacia a paso rápido, para después comenzar a olfatearme, me incomodé alejándome lo suficiente como para que mie espacio vital no se viera afectado. Sonrió de lado. 

—Tú eres la humana de la cual todos hablan. —Exclamó divertido. —¿Cómo has llegado tan lejos?

Apreté los labios, no quería delatar a nadie, así que estaba buscando una excusa rápida para decir, pero no se me ocurría nada, así que solamente me quedé callada, este parecía notarlo, así que solamente se sentó desinteresadamente. 

—¿Cómo te llamas?—Me miró aburrido. —Digo, si es que te acuerdas.

Iba a responderle, pero caí en cuenta. Exacto, no me acuerdo, no me acuerdo como me llamo, este sonrió mostrándome sus dientes, parecía divertirle la situación, ahora que lo veía, estaba vestido de gris, pregunté por su vestimenta pero enseguida me cambió de tema. 

—Ya te está pasando, bienvenida al club, ahora ya serás parte de nosotros, uno de nosotros. 

Negué enseguida. 

—No, yo no puedo ser uno de ustedes, yo tengo que volver a mi mundo. —Dije decidida. —Necesito volver. 

—¿Para qué, por qué quieres volver?—Se paró. —¿Sabes siquiera tu nombre?

Exacto, no, no sabía mi nombre.

Tiempo [Haku y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora