capítulo veinte

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Cuando terminé de llorar, subí las escaleras para poder dormir mi última noche en el hotel antes de partir para el viaje de devolverle el sello. Pero sabía que no iba a poder dormir bien, iba a estar pensando en como estaría Haku, estaba dando vueltas en la cama, hasta que sentí un aleteo, me senté rápidamente en la cama y vi al dragón, al mismo dragón. 

Bajé las escaleras y salí, vi a Haku parado en frente mío, corrí hasta él abrazándolo fuertemente.

—¿Haku?—Susurré, tocándolo para ver si en serio era él, sí, lo era . —¿Cómo te recuperaste tan rápido?

No contestaba mis preguntas, comencé a pensar que era un sueño, así que comencé a inspeccionar mis alrededores, pero no. Haku estaba serio, fruncí el ceño, ¿había hecho algo malo? Solamente quería salvarlo, y ya. Tomé sus mejillas, relamiéndome los labios, este tomó mis manos suavemente bajándomelas.

—Tienes que irte, lo antes posible. —Exclamó, con pesar. —No quiero que te pase nada, robé un sello y me descubrieron, y ahora te involucré a ti por mi culpa.

Ladeé la cabeza confundida, sin entender, me secó las lágrimas con sus manos, para después mirar abajo, negué tomándole su rostro con mis manos, negando

—Quiero quedarme, necesito quedarme. —Negué, susuré. —Si en ese mundo no estás tú, no quiero, de verdad, no quiero.

Tomé su mentón, acercándolo a mi, Haku bajó su mirada a mis labios, quería besarme, yo sabía que él quería besarme porque yo también quería besarlo. 

—Haku, te amo, de verdad, en mis 18 años de vida, nunca había experimentado algo así.

Confesé, cuando estaba a punto de besarlo él se hizo para atrás, apreté los labios tratando de ocultar el evidente dolor que tenía, él solamente miró a otro lado.

—Y—Yo tampoco ____, de verdad. —Susurró, tomando mi cintura, haciendo mi cabello a un lado, colocándomelo atrás de mi oreja para tener más acceso a mi rostro. —Créeme que yo también te amo, y justamente por eso quiero protegerte. 

Se separó de mi, cuando hizo eso, y me soltó, sentí que una parte de mi corazón se quedó con él, puesto que me sentí abandonada, sola sin su tacto. 

—No podemos ser nada, no perteneces aquí.—Dijo serio, le temblaba la mano, quise agarrarla, pero, él mismo me había soltado. —Lo siento ____.

Haku volteó a verme, pero yo estaba callada. No quería verlo, él estaba buscando mi mirada. 

—Pensé que íbamos a ser distintos, Haku.—Confesé, jugando con mis dedos, sentía como mi corazón se hacía trizas.

Así que este era el famoso primer desamor, duele, duele muchísimo. 

Las lágrimas salían, nisiquiera podía decir nada, las mentiras, las pequeñas mentiras ahora se sentían pesadas, le había entregado mi primer beso, mi primer recuerdo tan valioso se lo había dado, ¿cómo iba a olvidar algo tan valioso? Los dos estábamos parados uno en frente del otro, estábamos cerca, pero no decíamos nada, solamente yo había soltado eso. 

—Lo siento, lo siento en serio...—Susurró Haku, se quiso acercar pero yo retrocedí apenas quiso hacerlo. —Por favor ____—Rogó, tratando de tocarme. 

—Me hubieras dicho que así se sentía enamorarse de ti. —Suspiré, tratando de que la voz no me sonara más quebrada. —Está bien, me iré. 

Escuché como gritaba mi nombre, pero solamente me di la vuelta y comencé a correr hacia donde mis pies me llevaban, terminé en un campo lleno de rosas rosadas, me cubrí el rostro llorando a mares, sollozando. ¿Cómo es posible, cómo era posible que le hubiera creído ciegamente a alguien de esa manera, cómo es posible que alguien se enamore tan rápido? No lo podía creer, el amor es demasiado complejo para los seres humanos, ¿cómo es que las personas pueden pasar horas, semanas, meses, años enamorados? No lo entendía, estaba llorand por alguien quien nisiquiera era mi pareja. 

Solté un grito desgarrador, me dolía el corazón, me dolía porque le había entregado mi corazón, mi tiempo, mi dignidad, le había entregado todo de mi, y había acabado sin nada, me sentía estúpida. 

Soy una estúpida.


Tiempo [Haku y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora