Tiempo [Haku y tú]

capítulo veinticuatro

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Estaba yendo hacia donde teníamos que entregarle a Yubaba eso, mientras conversábamos Gao y yo, sobre nuestras metas y sobre vida. Me estaba contando que él cree que fue un modelo en su vida anterior, porque cuando fue al mundo real habían folletos y carteles enormes con su cara, y la verdad es que no me sorprendería, es bastante alto y guapo, pero no era mi tipo. 

Mi tipo era Haku.

—¿Me estás escuchando, o sigues pensando en Haku?

Me preguntó molesto colocándose en frente mío, yo solamente lo ignoré siguiendo pensando en Haku, este me hizo caer a lo que yo me quejé un poco molesta, me había raspado el talón y estaba sangrando.

—¿Eres un animal salvaje o qué? Mira como me heriste, ya no podré caminar, es más, me quedaré sin pierna.

Dramaticé haciéndome para atrás, fingiendo que lloraba, pero este pasó sobre mi agarrando lo que Haku había robado, me hice la ofendida gritándole que me ayudara a parar, pero solamente siguió caminando. Miré hacia un lado y vi al ratoncito y al pájaro mirándome con aburrimiento, me paré y los cargué en mi hombro pero el pájaro se negó y lo siguió cargando. Cuando seguimos, se escucharon como nuestras barrigas nos pedían comida, ya habías agarrado el tren, y estaba también el sin rostro que nos seguía a paso lento.

—Esa cosa nos va a matar.

Lo codeé, ahora haciéndolo caer a él, sonreí triunfante agarrando el inexistente brazo del fantasma, este también me lo agarró y lo dejamos botado.

—Que increíble es ser vengativa.

Dije con aires de superioridad, cuando un olor delicioso nos inundó, vi hacia lo lejos y era un bar, Gao y yo nos miramos cómplices e hicimos fila para entrar, nos dejaron pasar y cuando vi la comida, me senté para ordenar.

—Quiero uno de lo que sea eso.

Dije emocionada por comer, pero todos se callaron y me observaron, me sentí chiquita así que puse a Gao delante, este rodó los ojos y explicó la situación, el sin rostro dejó caer pepitas y comenzamos a comer.

—Dios mío, sea lo que sea esto está buenísimo.

Exclamé, le di un trocito de carne al ratoncito y arroz a la ave quienes comían contentos.

—Es carne ____, ¿acaso no comes eso en la vida real?

Negué, este me miró perplejo para después decir que no eran tan buenas como aquí. Cuando terminé, curiosa tomé una bebida, pero sabía raro, pero estaba dulce así que seguí tomando hasta bajarme la botella, sonreí un poco más animada.

—¡Que empiece la fiesta!

Grité, a lo que Gao me miró extrañado, tomó mi botella y leyó, había tomado sake.

—No puede ser, ¿en qué nos hemos metido?