capítulo veintiséis

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Tomé la mano de Haku, sonriendo entrelazándola, para después comenzar a caminar hacia donde estaba el pueblo, estuvimos así callados hasta que escuchamos como alguien tosía llamando nuestra atención.

—¿Hola, saben que estoy aquí no? —Gao rodó los ojos cruzándose de brazos. —No aguanto sus escenas, me empalagan, nos vemos allá. 

Tan pronto como dijo eso, se esfumó dejando tierra en donde estábamos, lo sentí por mis pies al desnudo, sonreí para después voltear y mirar a Haku, sus ojos tan hermosos penetraban mi alma y veían a través de ella.

—¿Entonces, qué haremos ahora?

Tuve el atrevimiento de preguntar, Haku acarició mis mejillas, a lo que sonreí involuntariamente, cerrando los ojos, cuando sentí su cercanía lo besé sonriendo, él se contagió de esta. 

—Creo que tenemos mucho tiempo para averiguarlo. 

Cuando dijo eso y yo ladeé la cabeza, se convirtió en un dragón, y me llevó volando hasta donde estaba la ciudad, en el proceso, vimos todo lo que estaba abajo, los árboles, las pequeñas ciudades, toqué una nube con mi mano, y se desvaneció en esta. Miré a Haku, quien se veía bastante tranquilo, extrañaba tanto estar así.

Cuando llegamos, Haku enseguida comenzó a sentir un enorme pinchazo en su corazón, haciendo que se caiga.

—¡Haku! ¿Qué tienes? 

Yubaba salió cruzada de brazos, a lo que vi como una daga comenzaba a formarse, la tomé alejándola, pero esta atravesó mis manos.

—¡Yubaba, suéltalo! —Me abalancé a ella, quitándole el contrato rompiéndolo en mis manos. —¡Te dije que lo sueltes!

Escuché como todos salían a ver que ocurrió, y todos me miraban aterrados, Gao enseguida salió con Lin, esta al ver el desastre, se asustó tapándose la boca. 

—¡Tú, niña ingrata! 

Me asusté colocándome en frente de Haku al ver como formaba un hechizo, vi como lo lanzó, y me asusté cerrando los ojos esperando lo peor.

Pero no llegó.

Cuando todo volvió a la normalidad, vimos al bebé enorme, tenía un enorme agujero en su estómago. Todos abrimos los ojos sorprendidos, hasta que se escuchó el grito de horror de Yubaba.

—Bebé...

Haku estaba en el suelo herido todavía, pero estaba consciente, se arrastró donde estaba Yubaba, y se paró como pudo.

—Eso te pasa por querer siempre lo que quieres, cuando lo quieres.

Nos asustamos al ver a otra persona, y era Zeniba, tenía los ojos llorosos, pero en un chasquido, convirtió a Yubaba en polvo, y la vi irse con el viento.

—¿Qué pasará con el bebé? —Exclamé en un hilo de voz, ayudando a Haku a pararse .—¿Estará bien, no?

Gao me tomó del hombro, negando, me mordí el labio. Me sentía un poco culpable, vi a Zeniba y esta estaba seria, para después suspirar.

—Bien, _____, es hora que decidas.

Tragué en seco, sabía a lo que se refería, pero estaba asustada. Me paré en frente de ella, donde todos me estaban observando en seco, Gao tenía el labio entre sus dientes, y Haku estaba mirándome, sentía su mirada en mi nuca.

—Quiero que Gao se libere de su infierno, y que Lin se haga cargo del hotel.

Cuando solté aquello, todos miraron a los mencionados, Gao enseguida se hizo paso entre la multitud, tomándome de los hombros, se lo veía nervioso, pero su sonrisa lo delataba. Sonreí contagiándome de ella.

—¿Es en serio ____, usarás tu deseo para eso?

—Sé que estar solo es difícil, después de que Chihiro se haya ido, y que estés en el mundo de los recuerdos lo hace peor. —Vi como Gao se tapaba la boca. —Y eres mi amigo, entonces, sí, quiero eso.

Asentí, mirándolo, este me abrazó fuertemente, a lo que yo correspondí enseguida. Gao se arrodilló llorando, diciéndome gracias rápidamente mientras Lin estaba también llorando, sabía lo importante para ella que era trabajar ahí, sobre todo para su "viejo araña". Me lo había dicho unas noches.  Lin corrió a abrazarme y los tres nos quedamos ahí. 

—Bien, si eso es lo que quieres. 

Zeniba chasqueó los dedos, ahora Gao no tenía ninguna sombra que lo persiga y su pulsera se había desvanecido, ahora se veía como un espíritu normal, mientras que a Lin, su ropa se transformó en una túnica azul, y su traje rosado se desvaneció. Todos aplaudieron emocionados.

—¡Invito yo la primera ronda de tragos!

Wow, no pensé que celebraríamos así de rápido, Zeniba llamó mi atención, dándome su lazo, colocándolo en mi muñeca como pulsera. 

—Esta pulsera, si decides quedarte, permanecerá, pero si la cortas, significa que quisiste volver, ¿si?

Asentí cuando dijo eso, Haku me abrazó por detrás, y Zeniba me guiñó un ojo.

—Suerte querida. 

Cuando hizo eso, se transformó en mariposas azules, perdiéndose en el cielo. Cuando me di cuenta, solamente quedábamos Haku y yo. 

—¿Entonces, que decidirás?

Miré la pulsera, después de meditarlo un tiempo. Suspiré y lo tomé dirigiéndome a la fiesta, donde tomamos, bailamos y reímos. Estaba a lado de Gao y de Linn, quienes estaban ya bastante pasados de copas.

—¿No somos adolescentes y estamos bebiendo alcohol?

Gao me tiró un vaso, dándome en la frente, abrí la boca ofendida, y se lo tiré a él devuelta. Vi que cuando Haku se fue al baño, yo suspiré tomándome el rostro con mis manos.

—¿Y qué harás, te irás?

Me sorprendí ante la pregunta de Lin, esta estaba seria, pero se notaba su tristeza en sus palabras, asentí apretando los labios.

—Te extrañaremos mucho, ¿sabes?

Sonreí nostálgica, cuando sentí la mano de Gao sobre la mía, yo la apreté. 

—Gracias por haberme liberado, ____, te lo deberé toda la vida.

Le di un puñetazo en el hombro, este me miró claramente ofendido. Le dije que no dijera tonteras y aprovechara su libertad con Linn. Ambos se sonrojaron y miraron a otros lados, yo rodeé los ojos. Cuando Haku volvió, le hice un espacio y seguimos la velada tranquilos. 

Estaba ya ayudando a cerrar el hotel a Linn, ordenando todo, cuando terminé sonriendo, sentí la mano de Linn jalarme.

—Gracias...yo, no sabía que haría sin ti ahora, te extrañaré mucho _____.

La abracé devuelta, soltando un par de lágrimas exclamando que yo igual. Cuando terminamos, ella me volvió a abrazar diciéndome suerte.

Cuando ya todos se fueron a dormir, estaba en el barandal de mi ventana, viendo todo. Me acerqué a la caja a lado de la cama, tomando unas tijeras. 

—Sorpresa.

Dijo Haku sonriendo, yo volteé sonriendo un poco triste, porque si estaba aquí, significaba que ya había intuido lo que iba a pasar. Se acercó, tomando las tijeras entre sus manos. 

—Quiero que sepas, que estamos destinados a ser, así sea en el mundo espiritual o no, voy a ver la manera de encontrarte y que estemos juntos toda la eternidad, te amo ____, y eso no cambiará en ningún espacio o tiempo.

Sonreí ante sus dulces palabras, acaricié su mejilla derecha con mi mano, este cerró los ojos, sentí sus lágrimas caer.

—Yo igual Haku.

Me besó, sintiendo sus lágrimas en medio del acto de amor. Cuando le iba a decir algo, él mismo cortó la pulsera.

Tiempo [Haku y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora