𝑨𝒗𝒊𝒔𝒐: 𝐸𝑙 𝑓𝑖𝑛𝑎𝑙 𝑑𝑒 𝑒𝑠𝑡𝑎 "ℎ𝑖𝑠𝑡𝑜𝑟𝑖𝑎" 𝑡𝑒𝑛𝑑𝑟𝑎 𝑐𝑎𝑚𝑏𝑖𝑜𝑠 𝑑𝑖𝑓𝑒𝑟𝑒𝑛𝑡𝑒𝑠 𝑎𝑙 𝑚𝑎𝑛𝑔𝑎.
La menor de los Todoroki o más conocida como el error de los Todoroki.
Tenka, quien desde que nació fue despreciada por par...
Tenka regresaba a su casa, luego de casi un mes en el hospital en el cual con ayuda de su padre pudo lograr que su nuevo quirk no ocasionar daños utilizando guantes de tela, según el doctor esto parecía ayudarla a mantenerlo apagado y que lo mejor era que ella los utilizara hasta controlarlo completamente. El doctor la alagaba mucho por su manera rápida al entender y hacer algo, el como era capaz de escribir y redactar como una estudiante de preparatoria, le solía decir que era una niña genio, y tenía la esperanza de que gracias a eso quizás en unos dos o tres años ella pueda manejarlo sin ayuda.
Se imaginaba que tipo de bienvenida le harían sus hermanos al llegar, intentaba entretenerse jugando con las manos de su padre que estaba sentado junto a ella en la parte de atrás del auto.
Papá, ¿crees que me hagan una fiesta de bienvenida?- le seguía hablando a su padre, ansiosa por llegar a su casa. Enji solo escuchaba en silencio, no la apartaba de su lado porque sabía que era necesario que ella mantuviera una temperatura caliente cerca para tranquilizarse. Ahora con más razón el comenzaba a tener asco de ella, y por el simple hecho de verla como él... cuando se prometió nunca reemplazarlo.
¿Porque te harían una fiesta por un error que causate?- pregunto de manera seria sin mirar a su hija menor.
Es... es que llevo mucho tiempo fuera de casa y quizás se alegren al saber que ahora tengo un quirk mis compañeros de clase también se emocionaran...- ella respondió en voz baja lo que pensaba sabiendo que estaba equivocada.
Solo tienes un quirk por lo que le hiciste a tu madre así que no van a estar alegres, tus compañeros no lo sabrán porque ya estas retirada de la escuela- dijo de manera rápida Enji.
¿Estudiaré en otra?- pregunto esperanzada.
No estudiarás, te mantendrás en tú habitación solo saldrás cuando yo esté en casa, no quiero estar descongelado todo lo que toques- lo que su padre dijo la dejo sin habla, ella amaba estudiar y ahora tendría que estar encerrada sola por su maldita culpa.
El auto freno en frente de su casa y ambos bajaron dirigiéndose hacia la puerta, Tenka tenía la esperanza de que sus hermanos estarían detrás de la puerta esperándola pero al su padre abrirla vio a Tamiko.
¡¡Papá!!- Tamiko se lanzó a él abrazándole la pierna y este al verla la cargo en brazos, Tenka vio como su padre avanzo entrando a la casa así que los siguió.
Ella nunca había recibido un abrazo y quería saber como se sentía, y con un leve dolor en su pecho paso de largo a su padre y gemela para ir en dirección a las escaleras. Antes de subirlas vio como Fuyumi se acercaba a darle la bienvenida a su padre pero no pregunto por ella, cosa que la entristeció.
Se dirigió a la puerta de su cuarto pero se detuvo al ver a Shoto saliendo del baño, le tenía que decir que ahora ya no era una Quirkless quizás con eso el estaría feliz de ella.
Shoto, hola...- se posiciono frente a él y hizo una pequeña reverencia de saludo, el solo la observo en silencio haci que ella habló.
Yo...tengo un quirk ahora, es de hielo como el de mamá aunque aun no lo controló pensé que tu podrías ayudarme, ya sabes tu quirk tambi...- no pudo terminar de hablar ya que su hermano la ignoro para irse a su habitación.
¿N-no estas feliz?- tartamudeo con la voz rota siguiendo a su hermano.
No- el solo le respondió de manera fría y sin sentimientos y le cerró la puerta en la cara. Varias lágrimas salieron de sus ojos al escuchar lo que dijo su hermano, pero aún así volvió a hablar.
Es cierto! Si, no tienes que estar alegré... y yo emmm no te venía a decir solo eso!- jugaba con sus dedos con desesperación intentado calmarse y que su voz no se notará tan mal.
¡Felicidades por entrar a la UA, te estaré apoyando mucho!- le dijo en voz alta para que el lo escuchara desde adentro. No recibió respuesta alguna, así que hizo una reverencia de despedida y se fue rápidamente a su cuarto. Ese era su castigo, estar sola sin nadie en su pequeña habitación que solo contaba con un lugar para su futón y un bajo escritorio, sus cosas del colegio estaban arrinconadas aún lado de este, lo único que amaba de su cuarto era la gran ventana que daba vista al jardín.
Su corazón latía rápidamente, intentaba parar las lágrimas que salían de sus ojos pero era inevitable. Le dolía, le dolía demasiado, quería que alguien la abrazara con fuerza para poder superarlo pero eso no pasaría.
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