Capítulo XXVI

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Mamá no estaba en la puerta,  miré a Ross, él me sonrió y tocó mi brazo con su mano, luego se inclinó hacia abajo, hasta alcanzarme y susurró en mis labios.

Ross: Extrañaba estos labios..Los adoro, pero tú, eres mejor. -Me miró a los ojos y tocó mis labios con los suyos de a poco- irás el Lunes a la escuela, ¿cierto?

Laura: Mm.. -Asentí y besó mis labios finalmente con dulzura.

Ross: ¿No puedes salir...?, quiero salir contigo, ahora.-Exigió.

Laura: Mamá está abajo, pues si quieres salir conmigo, deberás preguntarle, verás, ahora soy su princesa, y a las princesas no las pueden sacar de la torre -Ross rió y miró por las escaleras, mamá no estaba ahí, miré por el pasillo y tampoco, pero estaba entreabierta la puerta del baño- Seguro que mi principe estará por llegar, deberías de irte...

Ross: ¿Irme?, acabo de llegar a rescatarla, ¿acaso el príncipe con armadura dorada no puede recibir un último beso de su hermosa amada? -Reí y tomó mi mentón con su mano derecha -Por siempre, ¿sí? 

Laura: Siempre. -Ross me rodeó mi cintura con sus brazos y me besó tan pasionalmente como si quisiera comerme la boca a besos y quitarme el alma en una fracción de segundos, mi espalda quedó en el umbral de la puerta y casi me caigo al suelo de no haber sido por el brazo de Ross a mi alrededor, me sostuve de sus hombros y luego subí mi mirada hasta sus ojos. 

Ross: Prométeme que pase lo que pase, tú me escucharás, te tranquilizarás -rió y luego siguió- dejarás que te protega y no intentarás evadirme, por que no puedo, no quiero... no quiero que esto vuelva a pasarnos, si tu me prometes eso dormiré tranquilo. -Subí mis manos hasta su cabello y enredé mis dedos en él.

Laura: Lo prometo. -Suspiró aliviado- pero tú debes prometerme que: confiarías plenamente en mi para lo que sea, para lo que te sientas bien o mal, y no volver a ocultarme nada, también que no volverás a salir con ninguna chica, nunca. Promételo. -él se hizo hacia adelante para chocar su nariz con la mía.

Ross: Nunca lo hice cuando estuve contigo. -Acarició mi mentón con sus dedos.

Laura: Pero después tú... -Iba a hablar pero me hice a mi misma tragarme mis palabras y quedarme callada.

Ross: Y Mucho menos después de la ruptura, si debía buscar la forma de que volvieses a mi te aseguraría de que esa... no sería una buena manera. -Se inclinó un poco hacia atrás y besó mi nariz - arreglaré todo lo que hice mal, lo prometo. -Tomó mi rostro con sus manos.

Ellen:Oh, chicos... -mamá apareció en la puerta afirmándose del umbral donde acababamos de salirnos y nos quedó observando.

Laura:Mamá, él ya se iba, ¿no? - Miré a Ross mientras me rascaba el cuello en busca de alguna salida. 

Ross: Sí... -me escudriñó con la mirada de arriba a abajo y luego miró a mi madre, Ross era más alto que ambas, debía él siempre mirar hacia abajo -Gracias por dejarme entrar a su adorable hogar, señora Marano, es muy linda su casa, y su hija... -susurró lo último mirándome y guiñándome el ojo.

Laura:¡Oh!, ¡Bien!, ¡Sí, como decía él ya se iva mamá! -tomé a Ross de los hombros llevándolo fuera, hacia las escaleras, mamá se quedó arriba mientras lo llevaba hasta la puerta. Ross iba riendo y yo terminé riendo también, antes de mostrarle la puerta de la salida él me tomó de los brazos dándose media vuelta para estar de frente de mi y me besó, volví a reírme en cuanto terminó, mientras él se despedía y salía por la puerta.- ¡Adiós! -grité con mi sonrisa, cerré la puerta despacio y luego suspiré de lo más enamorada posible.

Ellen: Vaya, vaya, vaya ... -mamá estaba bajando por los escalones y me sorprendió, ¿nos habrá visto?, no ...-¿Es un amigo? -Dijo apuntando la puerta, caminé hacia el sillón, sentarme no sería para nada una opción, por que eso a mamá le daría una ventaja para: sentarse a hablar conmigo de "chicos" y no necesito saber las babosadas que probablemente pueda decirme.

Forever |Raura||Adaptada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora