Forever |Raura||Adaptada|

Capítulo XXX

Mis palabras son detenidas en mi lengua y hacen un trabalengüas que ni yo puedo seguir correctamente, él se ríe al verme ruborizada, pero probablemente también se ría por mi trabalengüas, sus mejillas están regordetas cuando se ríe y me encanta cuando aún más se ríe con ganas, es divertido verle llorar de alegría y más cuando llora de alegría estando conmigo, por que de inmediato o hice algo bueno o él la está pasando asombroso.

Ross:Al final de las clases, ¿podemos ir a una cita?, por... nuestra reconciliación, como se debe, y no quiero un "no" como respuesta, dime que podrás ir -Acarició mis manos con sus dedos y no quitó su mirada de mis ojos, aún así me costaba respirar cuando su tacto me erizaba la piel.

Laura:Ross, no sé si mamá me deje salir... -por que la verdad es que no sé si continúa mi castigo, pero no quiero arruinarle mucho la fiesta a Ross.

Ross:Pensaba ir en busca de mi bicicleta -De pronto todo el mundo se detiene, ¿que iría a hacer qué?, lo adoro. Maldita sea, esa bicicleta que casi me atropeya una vez es la gracia de habernos conocido, gracias al desquiciado manejar de Ross y esa bicicleta lo que me hizo verlo por primera vez y saber "este chico será mi primer y último novio", pero como era tan tímida siempre pensé que no sería así... pasó el tiempo y... ¡Miren en donde estamos ahora!

Laura:Pero... ¿Cómo ?-Pensar que un objeto inmóvil nos unió me pone algo loca de remate, pero fue así.

Ross:Papá y yo fuimos a arreglarle la rueda, finalmente funciona correcto, hoy me vine en ella, ¿o es que acaso no la viste? -¡Santo cielo! ¡Debo verla ahora mismo!, Ross se levanta con la caja de chocolates de la cual aún nos quedan algunos chocolatitos, me toma de la mano y me lleva con cuidado por las galerías hasta salir de el campo, sujeto bien mis lentes en la fuente de mi nariz con un dedo, mientras miro abajo para no hacer un mal paso, pero me tropiezo al no tocar el suelo y caigo, Río fuerte por mi idiotez, pero a Ross no le parece nada de divertido, él gruñe un par de veces por el movimiento de su pie contra el suelo, me toma de la cintura y me sienta, mis lentes siguen intactos en la fuente de mi nariz, me aseguro de ello y luego me pongo en su hombro a reír y él ríe conmigo, me ofrece un chocolate, no nos movemos de nuestros asientos que ahora se encuentran más abajo en las galerías, pero más cerca del campo de fútbol, me como el chocolate que me ofreció y río más bajito, estoy segura de que alguien podría escucharnos, sé que la cancha está lejos como para que suceda eso, pero siempre hace falta ser precavida -Me matarás de un infarto, loca.

Laura:Loca tuya -Digo sin pudor alguno, lo que le hace temblar, a mi igual me surgue el mismo sentimiento, entonces nos quedamos mirando, me agarra de la cintura firmemente esta vez para no escapar de él y me pega a sus labios, no tardo en reaccionar y pensar bien en el lugar en que estamos, este a sido el segundo beso en las galerías... Me siento como alguien traviesa, a parte de haber querido escapar de casa una vez, de haber tenido y creado una pelea contra mi archienemiga de plástico en el comedor, aún más traviesa que haber roto con lo nuestro cuando lo nuestro era tan puro y hermoso. En ese entonces estaba completamente loca.

Ross:Te quiero, loca... y apreciaré cada momento de cada día de mi vida cuando esté a tu lado, ¿entendido?, no te desharás de mí tan fácil -Me soltó de la cintura con una mano para sostener los chocolates, pero la otra mano seguía intacta en el mismo lugar, entonces me ayudó y me vio cada uno de mis pasos hasta salir de las galerías, tomé la cajita de chocolates con mis manos y lo detuve a él antes de irnos al patio de la escuela y que todos nos vieran.

Laura:Iré a verla después de clases, ahora no... -Sé que no le gustará ni agradará mucho menos que las personas me vean con él y pensarán enseguida que algo sucede, no quiero arruinar su popularidad, ya que de hecho es tan importante, y lo comprendo... puede cambiar de un día para otro, puede de un día ser popular y al otro ser una persona ordinaria y extraña -Gracias por esta mini pequeña cita, llamaré a mamá al tercer recreo y preguntaré si me deja llegar algo más tarde, le diré que estaré con Raini, ¿ves lo que me haces inventar? -digo retrocediendo por que él comienza a seguirme y avanzar con paso decidido a mi, ¿quiere darme un beso?, pues debió pensarlo antes de salirnos de las galerías, además ya me ha dado suficientes para soportar las próximas clases -En serio gracias por la cita -Me doy media vuelta, y sin decir adiós y salgo corriendo con los chocolates en mis manos. No tuve tiempo para girar mi cabeza y ver si sonreía o se iba a otra parte, pero me dio igual, estaba feliz con mis dos primeros besos en las galerías.