Capítulo XLII

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Abrí la ventana, revisando mil y una vez que la puerta tenía puesto el pestillo y que había dejado unas almohadas en la cama fingiendo ser yo acostada, sólo para darle a mamá la tranquilidad de que al menos veía un cuerpo en la cama. Reí ante lo estúpido de las almohadas, pero ahora no me devolveria para desordenar todo, debía irme ya. Volví a mirar la puerta y me mordí al interior de la mejilla, estaba nerviosísima y asustada.

Las palmas de mis manos sudaban a todo dar y tenía miedo de resbalarme con ellas y el sudor, era asqueroso y lo peor era que no estaba caliente, estaba fría, muy fría, era sudor frío y lo detestaba, pero en la tarde si hacía calor.

Puse ambos pies afuera, Amberly apareció afuera y me alegré muchísimo al verla, ella me salvaría, ella ya tenía la escalera para mí, bajé enseguida pero me aseguré también de cerrar la ventana antes de bajar, en cuanto lo hice la ayudé a llevar la escalera detrás de la casa en el patio, ella se despidió de mi y le di las gracias mil y una vez, ella entró y me pidió que tuviese cuidado, entonces salí de la casa cerrando todo lo que estaba detrás de mi.

Iba con una gabardina de color azul al igual que los lentes de contacto, me puse un gorrito que había encontrado en el baño antes de salir y bajé la cabeza mirando la calle de a poco y mis pies.

*

Llegué al pasillo, corrí y corrí hasta encontrar el casillero de Ross, saqué el papel rápido de mi bolsillo, se suponía que la escuela estaría abierta para todos los estudiantes, pero, creo que tuvieron algo de miedo de pensar que yo no lo era y solo abusaba de la hospitalidad, no me importa, que le den a las malditas y jodidas reglas, puse el código, nadie me detuvo por suerte, me quité mi gorrito, me quité mi gabardina y las metí en el casillero de Ross, miré a ambos lados, estudiantes y compañeros me miraban y me daba igual, me gustaba llamar la atención.

Mis ojos azules parecían iluminar a cada uno de los estudiantes y una que otra novia enfurecida golpeaba a su chico, yo sonreí a todos y saqué el jersey de Ross, Mi Jersey.

Me lo puse en los hombros y metí los brazos, era color azul oscuro y amarillo, diría que se me veía grande y lograba llegar hasta mis muslos, pero me gustaba, cerré el casillero con algo de fuerza y ya lista acomodé el antifaz, junté mis labios e hice un sonido al igual que un beso y comencé a caminar decidida por el pasillo, a paso rápido hasta salir e ir al campo.

Sonó una campana y todos los estudiantes comenzaron a salir de los pasillos de la escuela, todos estaban afuera finalmente y se dirigían al campo, yo empecé la carrera, corrí hasta llegar al campo, le pasé mi entrada de oro al guardia y cerró la reja detrás de mi, me puso un sticker en Mi jersey para que todos vieran que puesto llevaba y subí por las escaleras hasta los primeros asientos, me agarré a la reja con mis delicados dedos.

Busqué a Ross con la mirada, no muchos estaban en el campo, dos personas estaban ahí y no era Ross, eran Jacob y Edwar, agradecí el no ver a Edwin, pero no me gustó verlos a solo ellos ahí, me puse nerviosa, todos gritaron "los Manatíes" al unísono y tuve que seguirles, todos estaban levantados también en sus asientos, habían padres y estudiantes, estaba asustada, creo que soy clastrofóbica ahora.

Reí y vi que todos salían de los camerínes, miré a Ross, número 38, me mordí el labio mirándole, me atraía demasiado, mi corazón bombeaba fuerte contra mi pecho, traté de hacer una seña, levanté el brazo y lo agité en el aire, no me importaba que los demás preguntaran quién era yo, sólo quería que alguien en especial supiera quién estaba ahí para él y era a Ross.

Él buscó por entre el público seguí haciéndole señas, él me miró con el ceño fruncido y creo que lo que susurró o pasó por sus labios fue mi nombre, y yo sonreí y volví a morderme el labio, subi mi antifaz pero fue algo de mala idea, no podrá entender quién soy, llevo los lentes, ¿podría identificarme?, tendré que hablarle luego, pero, ¿cuándo?

Forever |Raura||Adaptada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora