N° 1

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ANTES.

Se me fue el oxígeno al sentir agua en mi cara lanzada ferozmente. Abrí los ojos y me levanté de donde estaba recostada y comencé a toser. Unos tacones ruidosos se aproximaron hacia mí.

-Mierda, ya era hora ____- me lanzó ropa de ella- llevas dormida como... dos días y medio, necesito tu parte de la primera mensualidad y... una sorpresa.

-¿quieres que te dé una sorpresa?- bostecé y me reuní con ella en la cocina, donde dos platos desechables con comida instantánea se posaban sobre la mesa.

-No seas idiota, YO te tengo una sorpresa. Ahora come.

Y así fue, comimos y el proceso fue silencioso. Solo miré a mi compañera comer, tenía como siempre su labial rojo y ropa gótica cool, pero era una zorra, y no lo digo por prejuiciosa, ya que llevamos una semana de conocernos, sino porque durante esa semana ella me platicaba cada una de sus sucias aventuras con hijos de magnates y gente importante. Lo cual me parecía increíble, literalmente, si eso fuera verdad no viviríamos en unos departamentos de cuarta, al cual casualmente íbamos sin conocernos.

-____, tenemos que mantener un perfil bajo- me dijo una vez que bajamos del taxi después de comprar la cena- me metí en problemas y tuve que utilizar todo mi dinero para escapar, me quedé en ceros.

Comencé a dudar de lo que hacía y por qué me juntaba con ella, pero era eso o nada y vagar sola por la ciudad, así que está bien fuera lo que fuera así la quería era buena. Los segundos pasaron y ella notó que la veía.

-¿qué?- preguntó.

-Eres mi única amiga y...

-¿y...?- encarnó una ceja.

-Nunca creí que mi única amiga sería una zorra- neutralizó su rostro.

Silencio.

-¡Oh por Dios no lo digas en voz alta, me descubrirán!- gritó haciéndome sobresaltar, después rio sonoramente- idiota...

El timbre. Alondra rápidamente corrió a la puerta.

-¡Es Cris!- gritó- pasa viejo... ¿Un cigarrillo?

Terminé mi saludable comida y corrí a mi cuarto para tomar el dinero para poner mi parte de la renta. Se encontraba en mi cama, justo debajo sobre una pequeña cajita rosa y muy aniñada, Alondra no se enteraría. Su escondite era muy predecible, escondía el dinero en su ropa interior, muy ingenioso Alondra...

Salí de mi habitación y me dirigí con ellos a la sala, por las prisas tropecé con una de las cajas que quedaban de algunos adornos que Alondra y yo quisimos comprar para darle vida a la sala. Al parecer con el tiempo solo me volví más torpe. Los miré, se encontraban sentados uno junto al otro con las manos agarradas, ¿era el novio de Alondra? Nunca lo mencionó antes.

Sus ojos eran verdes e hipnotizantes, su cabello café claro sin llegar a rubio, labios ligeramente gruesos y rosados, sonreían y podía jurar que sus dientes eran perfectos como toda su persona. Volví a fijar mi vista en sus manos entrelazadas, okey, no.

Había algo en él que no encajaba con Alondra, de hecho, no encajaban en nada. Pero lo destacaba su vestimenta, era correcta y justo a su medida, bueno, no tan correcta; unos jeans azul marino fuerte y una polo color verde claro y tenis lacoste. Y Alondra....

Abrí los labios para hablar, ¿ahora tendré dos amigos?

-Tierra llamando a ____- saludó Alondra a un escaso centímetro de mí.

-Ah... ¿qué?- la miré.

-Él es Cris - lo señaló y él me miraba desde el sillón ahora con una sonrisa pícara- nacido en Inglaterra, para ser exactos...

Mi Profesor (jungkook y tu) 1 y 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora