Mi Profesor (jungkook y tu) 1 y 2

CAPITULO 5

Entramos a la recepción del hospital, realmente uno de los mejores que hay en la ciudad. Tenía un nudo en la garganta, pues estaba carísimo, ¿Cómo le voy a pagar? Si muy apenas y tengo dinero…, y no creo que mis padres me den dinero.

- Aún me pregunto qué hacemos aquí- le pregunté.

Aun no recuerdo como me convenció de venir con él. Tal vez utilizando su encanto…

- Te sientes mal ¿recuerdas? Tus costillas…- me recordó. Me crucé de brazos con mucho miedo. ¿y si me encuentro con una de las chicas que me advirtieron?

Tenía los nervios de punta, solamente quería irme a casa. No podía permitir quedarme aquí. El profesor Jeon se encontraba con la recepcionista, hablando sobre mí, y eso era lo que no quería. Era… algo extraño que tu profesor te lleve al hospital por un mal en las costillas.

Me acerque con él y miré a la recepcionista teclear.

- ¿nombre completo?- me preguntó la chica y El profesor me miró.

- Ah… Patty- el profesor me miró mal, pero no dijo nada. Solo que sabía que en cuando nos mandaran a la sala de espera me haría un interrogatorio.

- ¿edad?
- Tengo dieciséis- contesté
- Bien, ahora te llamo cuando sea tu turno- asentí y me fui a sentar rápidamente.

Me coloqué en una de las sillas más alejadas de la sala. Mi profesor se sentó a lado mío, teniendo una guerra con sus caras. Yo esperaba tranquila mirando la puerta, como si tuviera poderes para controlar todo. Pensé que me iba a preguntar cosas, pero no. El solo se sentó y se dispuso a mirar a la gente, como yo.

- ¿Qué se supone que debo ver?- me preguntó de la nada. Lo miré y el me veía con una sonrisa y con cara confundido.

- ¿qué? No, no, yo…- negué con la cabeza y me voltee al frente.
- Bien… dime Jungkook, profesor se escucha feo- sonrió y yo sonreí sin mirarlo.

A lo lejos se escuchaban unos tacones, muy muy al fondo. Me levanté de la silla y “Jungkook” se levantó conmigo.
- ¿Qué sucede?

- No… nada- me senté- no debería estar contigo… eso sucede- murmuré.
Nos sentamos de nuevo.

[----]

- Te dije que no fueras a la práctica hoy…- le dijo la señora Harvard.
- Mamá… tenía que ir, además, no sabía qué me iba a pasar esto…- miró su pie, estaba quebrado.

- Sí, pero… te lo advertí, y yo no quería decirte “te lo dije…”
Salieron del cuarto de radiografías. La recepcionista le dio una tabla que contenía los nombres de los pacientes que siguen, para que dijera el siguiente paciente. La chica miró la tabla masticando el chicle de fresa que al instante tiró, pues se le había terminado el sabor. Abrió sus labios con extra labial y dijo:
- ¿Patty?- dijo y regresó la tabla.

[----]

Escuché el nombre que di, y me levanté de golpe. Mi profesor se levantó conmigo y caminé nerviosa hacia el cuarto de radiografías.
La sangre se me fue al suelo al ver ese tan reconocido uniforme. Sentí que el corazón palpitaba a más de mil. Mi respiración dejó de funcionar junto con mis pulmones y todo órgano interno. Mi presión se bajó y me sentí tan débil y pálida. ESO era lo que ocasionó ver a la perra de Hyuna en el mismo hospital que yo.
Ella me miró tan cínica, metiéndose otro chicle a la boca y alzando una ceja. Su cara se volvió retadora al ver a mi profesor detrás de mí. Lamió sus labios. Ese momento tan incómodo saber que después de que me vea Hyuna pateará mi trasero, y tal vez me mate.
- Hola… profesor Jeon ¿Qué hace aquí?- preguntó estrechando su mano con la del profesor. Él sonrió pero no dijo nada. La madre de Hyuna fue a la máquina de sodas- y… ¡Patty! Qué raro… pensé que tu nombre era ____.- sonrió.
Su madre rio y ambas se despidieron.
Hyuna me miraba con cada paso que daba sonriéndome. Al pasar junto a mí me metió algo en la bolsita de mi abrigo discretamente. La miré y al cruzar miradas negó con la cabeza y tenía una inmensa sonrisa que me causó escalofríos.
- Adiós Patty…- susurró en mi oído.
El miedo no podía ser más. Entré velozmente a la sala de radiografías y me coloqué la bata. Deje mis ropas en el pequeño vestidor y salí. El chico que parecía amar su trabajo, me sonrió. Tomó tres placas y las metió en una máquina gigante