CAPITULO 16

3K 202 19
                                    

Recibí tres cintazos de mi madre en la espalda, todo en casa era cero por ciento edad contemporánea. Se llevaba todo a la antigua, y no vivo feliz, de hecho, vivo muy asustada en casa. 

Ya cansada regresé corriendo a mi cuarto, abrí la ventana y saque mi cabeza para que no se me pase ni un detalle de lo que sucede, Jungkook me había enviado un texto hace unos minutos diciendo que si podía verme, le dije que entrara por la ventana de mi cuarto, alado de ella se encuentra un árbol muy grande y viejo, así que era resistente. 

Encendí las luces, cerré con seguro la puerta, celular — que es por cierto una antigüedad, sólo le falta una antena gigante — también lo coloque a un lado mío y tomé el libro de la obra de Romeo y Julieta, lo abrí justo donde me había quedado. 
Solo faltaba mi café. Pero no bajaré, no para que me griten, me peguen, me acusen de cosas que no hice, me humillen y por supuesto, no bajaré para regresar con las manos vacías. No gracias.

Los gritos de mamá y las contestaciones de papá no podían faltar, así que me concentré en lo mío. >> Pronto se callaran << pensé o almenos, eso era lo que quería pensar.

Pasó un tiempo y miré mi pequeño celular, se me había hecho raro que no llegara aun ¿habrá pasado algo malo? No lo creo, me lo hubiera hecho saber, ¿no? Lo último que quería era saber que había sucedido una tragedia. Cerré mis ojos y sacudí la cabeza, me rehúso a escuchar una tragedia más hoy.
Había leído ya más de dos hojas y de ello, no había entendido nada. Es como esas veces que no estás concentrada y por más veces que leas un pequeño enunciado no lo entiendes. Me frustré, y lancé el libro al piso.

-¡maldición!- grité con la cabeza en la almohada.

¿Por qué me preocupo? Él solo es mi profesor... y ya. Me levanté de la cama y caminé en círculos, esto ya era estrés, pronto tendré más canas que mi bisabuela. Pobrecilla, tenía demasiadas canas. 

La pantalla del teléfono se encendió sola, ¡un texto! Aplaudí y corrí hacia la cama donde se encontraba el celular y lo tomé, apreté (alt) más (*) para desbloquear, abrí mi bandeja de entrada y había un mensaje de... "unonoticias" vaya... es lo más terrible que me hayan podido hacer. 
-¡no me interesa si aumentó la gasolina! ¡Dios! ¿Dónde estás Jungkook ? 

Almenos, si me iba a cancelar, avisa... no me dejes así con el corazón en las manos y latiendo a mil de preocupación por tu tardanza. Me senté en la cama mirando hacia la ventana.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

-¡ya quítate!- le exigí. 

Ese tipo me cae mal, de plano lo odio ya. ¿No me puede dejar en paz? Traté de levantarme antes de 
que volviera a intentar matarme brutalmente. 

-¡ven acá cobarde!- me gritó Kai y me golpeó. 

Si de algo estaba harto, era de los golpes. Me hacían recordar mi niñez, y no porque mis padres me golpearan, sino en la escuela. También en la secundaria, los chicos y chicas abusadoras eran unos malditos. Por eso prefiero ser pacifico en mi vida adulta, y no dejaré que un muchacho quiera golpearme.

-¡déjame en paz o no te va a gustar!- lo amenacé

-Niñita estúpida, pareces otra chica más... rogándome para que no le haga daño. 
-¡eres un idiota! ¡mal creado! ¡estúpido inmaduro! ¡presuntuoso! ¡y basura de hombre!- contesté.

La Señora de la cafetería salió asustadísima. Ya que había una bola de chicos y chicas grabando este acontecimiento. Miré mi reloj aprovechando y ya había pasado muchísimo tiempo, me sentí mal por no haber llegado con ____. ¡Maldición!

-¡llamaré ala policía!- gritó temblorosa.

-¡no hace falta Señora!- respondió Kai- no le iba a hacer nada de todas maneras- sonrió cínicamente sacando una pequeña navaja de su bolsillo y me lo lanzó a los pies. Sunmi me miró con preocupación, yo solo le sonreí en señal de que todo está bien.
Recogí la navaja y la guardé << imbécil>> pensé.

La bola de personas se desvaneció apenas Kai dejó el estacionamiento. Apreté la mandíbula y suspiré profundamente y abrí la puerta de mi carro para irme ya de ahí. 

-¡espera!- escuché una voz ronca pero femenina. 

-¿sí?- me giré- ¡Sumi! Hola.

Pude notar que traía un café entre sus manos mientras caminaba hacia a mí. Sonreí apenado antes de que llegara.
-Mi niño, cuídate mucho- me dijo acariciándome la frente. Recordé a mi abuela helena. 

-Lo haré- sonreí. Ella colocó el café en mis manos.

-Es para ti- asentí en silencio y entré a mi carro

-Gracias, Sumi. 

Di reversa y vi como cada vez se iba haciendo más pequeña. Quité la vista del retrovisor para mirar al frente. ¿A dónde voy? ¿Será muy tarde para ir a ver a ____? Como a mí me encantan los riesgos, tomaré este. Tomé el camino de la derecha que me llevaba hacia su casa de ricachona. Estacioné mi auto lejos de su casa. Desde lejos se veía el gran árbol que se encontraba junto a su ventana. Traje el café conmigo por si quería un poco, seguía igual de caliente como si lo acabaran de servir.
Fue difícil trepar por el árbol pero no imposible. Su ventana estaba abierta y yo estaba junto a ella, solo que afuera, trepado en el árbol. Había un pequeñísimo balcón afuera de su ventana, perfecto para que yo pise y entre a su habitación. 

Las luces estaban prendidas. Pude notar que el resto de su casa tenía las luces apagadas, así que fui a su lámpara y la apagué. Vi el teléfono en el piso y lo levanté, después lo puse en la mesita de noche. 

____ estaba toda destapada y con el cabello más enmarañado y despeinado que un león. Sonreí, se veía tan gracioso su rostro. De pronto me sentí un acosador un terrible acosador que entra sin avisar. 

Acerqué mi rostro al de ella, se movió un poco y yo me asusté, su naricita rozó con mi mejilla. Me causó cosquillas y me aguanté de la risa, no vaya a ocasionar un problema. Entonces deje que se acomodara bien y dejara de moverse. Pataleó un poco y segundos después se quedó inmóvil.
Lamió sus labios y me quité de la cama, deje el pequeño café que me había regalado la señora Sunmi en la mesa junto a su celular.

Planeaba despertarla, pero sería muy mala idea. Así que me retracté, caminé hacia la ventana nuevamente. Puse mi pie en el balcón y el siguiente movimiento era saltar a la rama de enseguida. Un pequeño << clack>> me giré para ver que era y la perilla giraba, ¡alguien iba a entrar!

Entré rápidamente al cuarto de vuelta, pues si saltaba se iban a dar cuenta por el ruido estruendoso que iba a provocar. Levanté la sabana junto a ____ y me tapé completamente.

Mi Profesor (jungkook y tu) 1 y 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora