Capítulo 4

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Jungkook había descubierto un patrón.

Lo que había comenzado como una flor escondida estratégicamente para que solo él la viera entre algunos de sus trabajos, pronto se convirtió en una entrega de dos flores ocultas, luego en tres, después en cuatro, en cinco...

En algún punto, el omega solo perdió la cuenta cuando llegaron varias de ellas en conjunto, todas sin tallo y dentro de una pequeña caja de cartón cerrada que había sido disfrazada como un "pedido específico para Jeon Jungkook".

¿Y qué se supone que tenía que hacer con eso? ¿Qué más podía hacer? Lo único que se le ocurrió en el momento fue decirle a su papá que de hecho sí estaba esperando un par de guantes para parchar en un pedido más personal, por muy estúpido que sonara. Ni siquiera se atrevió a poner a prueba la curiosidad ferviente de Saeun, por lo Jungkook solo guardó la caja con recelo para sí mismo y la mantuvo de esa manera hasta que llegó a su casa esa misma noche.

Porque quizás ante su hermana podía actuar indiferente frente a esa clase de cosas, pero Jungkook ya no se creía capaz de mantener la postura desde que entre las tantas flores encontró un papelito doblado y algo arrugado, como si el remitente por un momento hubiera considerado desecharlo o como si casi se hubiera rendido en medio del intento.

Pero ahí estaba, entre sus dedos. Eso era lo importante.

"¿Podrías salir justo ahora? Por favor, solo por un momento"

Uh.

Y entre la oscuridad de la noche que cubría toda la habitación pero que le brindaba algo de visión desde su cama, el omega lo pensó y lo volvió a pensar, intercalando su mirada entre la letra cursiva de un papel que lucía bastante maltratado y su hermana durmiendo en la cama a un lado.

Jungkook prefirió tomarlo como una señal.

Porque tal vez, el hecho de que la oferta plasmada con una tinta medio corrida por los pétalos, ya había caducado, era solo un mal augurio. Quizás una señal de que esa clase de cosas simplemente no estaban hechas para alguien como él.

Sí, seguro que era eso.

Sí, seguro que era eso

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Quizás no.

—Puedes pasar si quieres, solo ten cuidado de no tropezarte con algo en el suelo. Él está en el taller —dijo su padre con cierto desinterés, pero el omega no pudo evitar poner atención a una conversación que había estado ignorando cuando la cercanía de esa oración lo golpeó.

—Muchas gracias. Con permiso —escuchó de una voz que se le hizo tan familiar que Jungkook inevitablemente se alarmó al ser consciente de los pasos que se aproximaban.

Se regañó internamente por emocionarse de esa manera, pero el omega no pudo evitar acomodar el cabello de su flequillo que le cubría su visión lateral, tampoco pudo ignorar la acción casi automatizada de su cuerpo al dar la espalda a la entrada, pretendiendo que en realidad no había escuchado nada.

Between Us | TKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora