Lena y yo terminamos de cenar tranquilamente, ya no había de que preocuparse. Después nos fuimos al sofá a esperar a Amaya, ya le habíamos marcado para que viniera. Al llegar nos vio a los dos sentados en el sofá, y nos preguntó:
-¿Todavía están vestidos? Dijo Amaya entrando a su casa
-¿Y por qué no lo estaríamos? Dije mirándola fijamente
-Por nada, olvídenlo. ¿Y ahora que harán? Dijo Amaya sentándose frente a nosotros
-Nos vamos a casa. Lena está cansada, y la verdad, es que yo también. Muchas gracias por la ayuda. Dije extendiendo la mano hacia Amaya
-No, aquí no hay nada que agradecer, esto no fue injusto para mí. Dijo Lena tomando mi mano para evitar que chocara con la de Amaya
-No te pongas así Lena, a final todo salió bien ¿No? Dijo Amaya riéndose entre dientes
-Ella tiene razón amor. Todo salió bien, ahora estamos juntos, y nadie nos podrá separar. Dije abrazándola, y dándole un beso en sus labios
-Qué bonitos se ven. Ahora vallan a casa a celebrar su hermoso amor. Dijo Amaya levantándose para abrirnos la puerta
Ambos salimos de allí. Nos montamos en el carro de Lena, y nos dirigimos a mi departamento. Una vez allí, no hicimos mucho, solo nos cambiamos de ropa, y nos metimos a la cama. Ya Lena era mía, y yo era suyo. Cómo había dicho en casa de Amaya, nadie nos podrá separar ahora.
*2 semanas después*
Hoy me reincorporo a trabajar. Habían pasado dos semanas desde mi visita al hospital, ya tenía la alta médica, así que nada me obligaba a quedarme en casa. Y menos mal, porque a la semana de estar en casa Lena tuvo que volver a trabajar. Alguien tenía que dirigir la empresa. Pero todos los días se quedaba a dormir en casa. Decía que así, si pasaba algo ella lo sabría.
Ahora mismo estoy subiendo hasta mi planta. Espero poder verla pronto. Ayer la vi, y ya la extraño. Estoy tan enamorado de ella, que creo que cualquiera lo puede notar a kilómetros de distancia:
-Hola Jesús, me alegro de que estés de vuelta. Me dice Daniela nada más verme
-Yo también me alegro de estar aquí Dani. Dije dándole un fuerte abrazo
-¿Y cómo te sientes? ¿Ya estás al 100? Dijo mientras caminábamos hacia mi despacho
-Si, ya estoy completamente recuperado. Listo para la batalla. Dije entrando a aquel lugar gris
-Me alegra oír eso. Bueno, no quiero ser mala amiga, pero, tienes trabajo en tu correo. Ya sabes cómo funciona. Bienvenido. Dijo Daniela saliendo de mi oficina
Se sentía bien volver a la normalidad. Al abrir mi correo, ahí estaba, justo como me lo había dicho Daniela. Extrañaba tanto trabajar, que no me demore ni un solo segundo, y comencé a trabajar en lo que me habían mandado.
Al rato de estar completamente concentrado, llega una notificación a mi correo. Me extrañó un poco, porque sabía que trabajo no era. Al abrirlo, era un mensaje de Lena:
"Sube a mi oficina, por favor"
Se había demorado en llamarme. Rápido arregle mi traje y subí a su oficina. Me moría de ganas de verla. Aunque seguro no podría darle un beso, pero no importa, me conformo solo con verla:
-¿Se puede? Dije tocando la puerta suavemente, como de costumbre
-Si claro, entra y cierra la puerta. Se escuchó la voz de Lena -¿Cómo te sientes?
-Me siento bien, no te preocupes. Dije mirándola de lejos
-Le dije a Daniela que no te pusiera un trabajo tan pesado, tienes que ir con calma ¿Entendido? Dijo con su voz imponente como siempre
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Solamente Tuyo
RomantizmMuchas cosas han pasado desde que conocí a la mujer más maravillosa de este mundo, pero no todo es color de rosa. El destino a veces te juega malas pasadas y eso fue lo que me pasó a mí. Mi vida dio un giro de 180 grados el día que Lena Ruiz Amador...