Bu Tian Gang

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El sonido era molesto más allá de la frustración. Volvió a blandir su espada, pero esta vez su poder no era tan grande. Bajo la luz roja, los espíritus malignos y los demonios sólo retrocedieron unos pasos y volvieron a acercarse rápidamente. Estaban ansiosos por darse un festín con esta rara oportunidad de un cuerpo.

¿Podría ser que pereciera aquí antes de convertirse en el jefe de la oficina? Wu Bingtian se sintió algo desganado. Agotado, se apoyó en su espada. La luz de la espada ya no podía detener el implacable ataque de los monstruos. Era como un alimento resplandeciente y fragante, que tentaba a las criaturas a devorarlo aunque significara su propia destrucción.

Otro golpe de espada, pero esta vez la luz de la espada era mucho más débil. Los monstruos ya no tenían miedo. Los de delante fueron eliminados por la energía de la espada, y los de detrás se precipitaron hacia delante con un rugido.

Una sombra negra cubrió su cabeza. Wu Bingtian levantó débilmente la espada larga que tenía en la mano. Su pecho se agitaba, su cuerpo cansado y débil, pero su corazón latía rápido. Su mente era un caos. Cerró los ojos, dejando que su abrumadora frustración se apoderara de su corazón. Pensó que esta vez había fracasado, pero aunque se convirtiera en un fantasma, destrozaría a Otowa.

Una ola de calor se precipitó hacia él, pero el insoportable dolor de ser devorado por incontables demonios no se materializó. A través de sus párpados entrecerrados, pudo sentir el calor y la luz que podían penetrar hasta la piel más fina, obligándole a abrir los ojos. Ante él había una escena brillante, y todos los monstruos se desvanecían bajo la luz.

Dos figuras se acercaban lentamente.

Al principio, sólo eran siluetas borrosas, pero poco a poco se fueron aclarando, y la persona que iba en cabeza era alta y familiar.

"¡Long Shen!"

"¡Jefe Wu!" Era la voz de Li Ying.

Wu Bingtian nunca había estado tan extasiado. Sinceramente dio la bienvenida a la llegada de Long Shen.

Cuando los dos estaban en la Oficina de Administración Especial, se enfrentaron muchas veces. Sólo porque Long Shen tuviera la apariencia de un ermitaño y pareciera ajeno a los asuntos mundanos, no significaba que no compitiera con Wu Bingtian. La gente de afuera solía pensar que el jefe de la oficina no hacía nada y que el subdirector Wu tenía la sartén por el mango. En realidad, la Oficina de Administración Especial funcionaba con un sistema de controles y equilibrios entre los tres. Wu Bingtian también había sido reprimido por Long Shen en numerosas ocasiones. Dejando eso a un lado, en cuanto a la asignación de tareas a los nuevos reclutas esta vez, los dos se habían enfrentado en repetidas ocasiones.

Pero eso eran luchas internas, y el caos entre sus filas no importaba. Ahora, enfrentado a un enemigo formidable, Wu Bingtian estaba al borde de la muerte. Cuando Long Shen apareció de repente, ¿Cómo no iba a alegrarse? Incluso alguien que se hubiera resignado a morir no se resistiría a un resultado así si pudiera evitar morir.

"¿Cómo has entrado?" Preguntó Wu Bingtian sin aliento.

"Matamos al Yamata no Orochi, rompimos el encantamiento y llegamos a tu ubicación", respondió escuetamente Long Shen, mientras Li Ying aparecía tras él.

"¿El legendario Yamata no Orochi?". Wu Bingtian se quedó estupefacto.

"Lo más probable. Esa bestia demoníaca tiene ocho cabezas y ocho colas. Para matarla por completo, hay que acabar con todas las cabezas y colas a la vez", dijo Li Ying, con la cara cubierta de manchas de sangre y un aspecto aún más desaliñado que el de Wu Bingtian.

No quería recordar la feroz batalla que acababan de vivir. Para cortar simultáneamente las ocho cabezas de la serpiente gigante, mientras Long Shen desataba ocho luces de espada, Li Ying tenía que invocar simultáneamente ocho fuegos talismán para quemar los ocho cuerpos fragmentados, impidiendo su regeneración. Normalmente, Li Ying apretaría los dientes y provocaría los ocho fuegos talismán, pero en ese momento, estaba gravemente herido hasta el punto de que ni siquiera podía usar una espada. Casi tuvo que escupir su propia sangre para invocar los ocho talismanes.