eight

44 3 0
                                    

Yeji amaba los cumplidos de sus padres

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Yeji amaba los cumplidos de sus padres. Estos eran su motor para seguir adelante.

Desde pequeña, demostró tener una mente activa que aprendía fácil y rápido, pues no se tardó mucho en aprender a caminar, hacer del baño en el inodoro, hablar, leer y escribir. A sus 5 años sabía hacer todo eso sola y de una forma bastante aceptable.

En la escuela, siempre estuvo entre los primeros lugares de calificaciones y su promedio fue casi de excelencia.

Sus padres siempre le presumían a todo mundo que su hija era muy inteligente y que seguramente llegaría lejos en el futuro.

Además de eso, era una niña de buenos modales y para muchos era bonita, por lo que los adultos la halagaban de ser madura y, por supuesto, las declaraciones en San Valentín nunca faltaron.

Era la niña perfecta y la clase de hija en la que sus tíos esperaban se convirtieran sus primas. La clase de mujer que encontraría un buen hombre, se casaría y formaría una familia.

Sin embargo, Yeji odiaba todo eso.

Quería llevarse bien con sus primas, pero estás la alejaban porque estaban hartas de oír que debían ser como ella. Además, era demasiado egoísta como para pensar en entregar su vida a un hombre e hijos.

Pero la familia no sabía nada de eso.

A los ojos de esa gente, lo único que había hecho mal hasta ese momento había sido estudiar psicología y desperdiciar su potencial en una carrera "sin futuro y para flojos", como decía su abuelo.

Hacía su tarea mientras escuchaba las risas de Ryujin y Chaeryeong saliendo desde el cuarto de éstas; Yuna veía un drama de romance en la televisión mientras dibujaba unos diseños inspirados en el amor y Jisu no se encontraba en casa pues había salido con Soobin, otra vez.

Había amor por todos lados, ya sea romántico o de amistad.

A Yeji nunca le importó el amor, sin embargo, ella siempre quiso rodearse de gente sincera, y lo conseguía, nunca se sintió traicionada por una amistad.

Aunque no podía decir lo mismo de si misma.

"Los amigos que haces en la infancia y adolescencia no son amigos de verdad ni para siempre".

Eso fue lo que le dijo su madre muchas veces.

Además de que cada que creía que alguien no era bueno para su hija le pedía a esta que lo alejara. Y como Yeji siempre obedecía, lo hacía. No importaba si quería mucho a esas amistades.

Aunque suene algo feo, tenía suerte de ya no vivir con su mamá.

Y hablando de la reina... Su madre la estaba llamando.

ㅡ¿Hola?

ㅡCariño, ¿qué tal todo? Te estuve llamando, pero no respondías mis llamadas, ¿estuviste muy ocupada con la mudanza? Uf, me alegra que ya no vivas en esos dormitorios; yo sabía que no era seguros. Sin embargo, no conozco tampoco a las niñas con las que vives, ¿son buenas personas? ¿Tienen novios? No es seguro que metan hombres a la casa-

ㅡEstoy bien, justo ahora estoy haciendo algo de tarea. ㅡla interrumpió. Si no lo hacía seguiría hablando como perico y haciendo preguntas que prefería no responder, no porque ocultarla algo, sino porque algo en su respuesta se vería "sospechoso" para su madre, quien no dudaría en ir por ella de inmediato y encerrarla en una jaula para protegerla. ㅡNo te preocupes demasiado por las demás, son buenas chicas, no pasa nada. Además, tenemos reglas en la casa. Nada malo va a pasar.

¿Estás segura? ¿Que hay de la escuela? ¿Sigues manteniendo tu promedio, verdad? Sabes que el promedio es muy importante y no-

ㅡTodo está bien en la escuela. No necesitas preocuparte tanto, yo puedo sola con las cosas. ㅡYeji comenzaba a perder la paciencia.

ㅡ¿De verdad? Porque una vez te perdiste camino a la escuela, y en otra ocasión se te olvidó comprar un encargo que te pedí, a veces siento que no puedes hacer nada sin mí.

"Y menos voy a poder si sigues insistiendo en hacerlo todo tú o en cuidarme como a una bebé" pensó.

ㅡEstoy bien. Voy a colgar, tengo mucha tarea que debo hacer si quiero  mantener mi promedio, adiós. Te quiero~.

Y colgó.

Dejó caer su cabeza sobre los libros frente a ella.

De verdad que era agotador hablar con esa mujer. A veces, hasta la ponía de mal humor.

La quería, después de todo es su madre y fue la única que la apoyo al 100% cuando decidió estudiar psicología y no otra cosa. Pero también era quien más la presionaba para ser perfecta. No importaba cuántas veces le dijera "no necesitas ser perfecta" la oración de "solo necesitas hacer las cosas bien desde el principio" le demostraba lo contrario.

ㅡ¿Era tu mamá? ㅡpregunta Yuna y Yeji asiente. ㅡ¿Es muy sobreprotectora o algo?

ㅡSolo es una madre que se preocupa por su única hija. ㅡresponde rascando su nuca.

ㅡMis padres siempre me dejaron hacer lo que yo quisiera, pero, si soy honesta, siempre me aferre a ellos, porque sé que soy una inútil y que sin ellos no podría hacer nada. ㅡconfieza la menor, avergonzada. ㅡAdmiro que tu madre se preocupe por ti y también admiro que tú quieras algo de independencia.

Admiración.

A Yeji nunca le habían dicho esa palabra. Se sentía bien.

ㅡYo creo que es un gran paso que hayas decidido vivir lejos de ellos. Incluso si todavía se encargan de la renta y de enviarte dinero para sobrevivir, tus decisiones son las que dirán si te irá bien sola o no. Además, si estás acostumbrada a estar con ellos, está bien que vayas poco a poco. No le hagas tanto caso a Ryujin.

Ambas rien ante eso último.

ㅡSí... Cada quien va a su ritmo, ¿no? ㅡagrega Yuna.

ㅡAsí es.

ㅡCreo que tú vocación definitivamente es ser psicóloga. ㅡafirma la menor.

Yeji sonrie con orgullo.

No tiene por que arrepentirse de nada.

ㅡGracias.

ㅡGracias

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Los 20 › ItzyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora