Los primeros destellos de luz temprana atraviesa la ventana situada en la habitación de la joven, sintiendo incomodidad por el exceso de claridad, despierta de un momento a otro dando un pequeño saltito entre sus sábanas.
Con un ligero dolor de cabeza, la chica busca desesperadamente el móvil para informarse acerca de la hora actual, mirando directamente a la parte superior del equipo electrónico, 9:45 a.m, desplomandose nuevamente en la suave cama, hundiendo la cara entre la agradable textura de las 4 almohadas que obligatoriamente debían de acompañar el sueño de la dama.
Pasaron exactamente 15 minutos, hasta que tomó fuerzas necesarias para levantarse de su tentadora y cómoda cama, para asearse y preparar un desayuno que le ayude con la reposición de energías.
Ya duchada y peinada, termina de emplatar el desayuno, optando por avena con unas cuantas frutas que encontró en el refrigerador, que la alertaban de que debían de ir al supermercado si no querían morir de hambre en la semana, anotando mentalmente aquella actividad en su lista de que haceres ese sábado radiante.
Al cabo de unos minutos devorando aquel desayuno, escucha los pasos pesados de una pelinaranja adormilada.
- nobara: buenos días amor, veo que ya te repusiste de esas casi 2 botellas de vino. | sonrió divertida, frotando su cabeza.
- (...): oh hasta que aparece la niña que tuvo una misteriosa cita ayer eh, y sí, creo que me queda disfrutar el último bowl de avena que nos quedaba. |sonríe enérgicamente al observar la cara de enojo de su mejor amiga al enterarse que ya no había desayuno para ella.
- nobara: eres una hija de puta, sabes que con mi apetito no se juega, entonces NOS tocará hacer supermercado este día.
- nobara: y con respecto a la cita, seguiran los misterios pero quiero contarte que estoy encantada, nunca pensé que eso fuera a hacerme sentir tan bien.
(...) observa a nobara con un sonrojo notable, preguntándose quién la trae así, es obvio, está muy contenta con que su mejor amiga haya encontrado a una persona que la altera de forma postiva, en los años que se conocen nunca vió a nobara de esa forma.
- (...): bueno ya, quiero que me comentes todos los detalles, prometo no preguntar nada más allá de lo que me quieras contar zanahoria, por fis no seas una maldita al dejarme con las ganas de saber qué te trae así.
12:30 p.m.
Ambas jóvenes se encontraban mirando la carta del restaurante donde cada que no tenían ganas de cocinar, acudían, al mismo tiempo esperando por el tercer miembro de aquella peculiar familia.
- nobara: entonces, eso fue lo que pasó, en realidad estoy muy contenta, conectamos de maravilla y cada momento que compartimos es especial, pero no quiero acelerar las cosas, sabes lo que pasó anteriormente, no deseo en realidad que eso se vuelva a repetir. - exclamó soltando un suspiro sonoro.
-(...): en primer lugar me alegro, no te imaginas cuanto, me encanta verte sonriente, pero no pienses en situaciones pasadas, eso ya no volverá a suceder, siento que tienes todo el derecho de volver a darte oportunidad con alguien más, pero pase lo que pase, me tendrás a tu lado para apoyarte en lo que sea.
- nobara: en realidad no sé qué haría sin ti amor, eres lo mejor.
-(...): sí sí sí, todos me lo dicen.
- nobara: eres una maldita egocentrica. - frunciendo ligeramente el ceño, dirige la mirada nuevamente a la carta.
-(...): voy a enviar un mensaje a ese maldito cabeza de yogurt, estoy muriendo de hambre y todavía no aparece.