Cap 3 - Algo en el horizonte

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Parpadeé extrañada y revisé las notificaciones

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Parpadeé extrañada y revisé las notificaciones. Fue entonces que me di cuenta que tenía al menos 10 llamadas perdidas, sin contar varios textos que sólo ponían "LLÁMAME".

Qué raro, pensé. Sam casi nunca era así de insistente...

En el momento que me disponía a marcarle para saber qué sucedía, me quedé congelada con el celular en las manos.

En un cielo casi sin nubes, sumido en una penumbra que ligeramente comenzaba a aclarar; allí en medio de estrellas que poco a poco se desvanecían en la incipiente luminosidad, había un objeto que jamás había visto. No era nada conocido como un avión, o un helicóptero, y no hacía ningún sonido que, a la distancia que me encontraba, pudiese percibir.

- ¿Qué... es eso? – murmuré, mientras caminaba hacia el pequeño balconcito fuera de mi habitación.

Sin perder tiempo, moví el viejo telescopio de mi madre, desde el interior de mi cuarto hacia el balcón, lo apunté hacia el objeto y entonces observé anonadada.

Ni cometa, ni meteorito. El objeto era un óvalo con líneas verticales y una extraña luminiscencia, que atravesaba el aire, viajando hacia el noroeste a una velocidad constante.

¿Pudo haber sido alguna clase de nueva tecnología militar? No lo sabía a ciencia cierta. Pero tenía una corazonada de lo que podía ser aquel objeto.

Aun sin creer por completo en lo que estaba presenciando, me quedé en silencio viendo la figura cruzar el cielo, y a los pocos segundos, el tono de mi celular rompió el silencio otra vez.

-Sam- contesté sin siquiera mirar la pantalla.

- ¿Estás viéndolo? - inquirió él.

-Yo...no puedo creerlo- respondí, ahora mirando el objeto sin telescopio de por medio.

-Pues eso es lo menos sorprendente que tenía para decirte.

- ¿Qué? ¿A qué te refieres, Sam?

-Tienes que venir a mi departamento, Aster – dijo con voz enigmática y apremiante. – Y trae tu investigación sobre el caso.

Mi vista rápidamente viajó a la carpeta de color naranjo que estaba casi escondida bajo los borradores de un montón de ideas para mis libros. Acto seguido tomé las fotos y recortes de mi mural junto a la tarjeta con el símbolo, y luego de meter todo con prisa en la carpeta y sucesivamente en mi mochila, me puse una chaqueta.

Bajé corriendo los escalones, y tras ponerme unas zapatillas a tientas, saqué mi bicicleta.

Con el sol a un rato de salir, y el objeto yendo hacia el horizonte, anduve los 10 minutos en bicicleta que me tomaba llegar desde mi casa hasta el apartamento de Sam.

Subí el ascensor aun recuperando el aliento. Y cuando finalmente el chico abrió la puerta de su apartamento, sus ojos de color café, aún más oscuros que los míos, me observaron con un atisbo de preocupación, justo antes de señalarme que entrara.

Espacios Desconocidos [Libro 1 Saga EsDes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora