Espacios Desconocidos [Libro 1 Saga EsDes]

Cap 25 - Luces moradas y ojos brillantes (+18)

La cantidad de veces que reescribí este capítulo para que quedara bien, uuuff.
Leanlo y denle amor, porque aquí viene bastante (por ahora) * wink, wink *

Lina ✨

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JASPER

– Hey, ¿quieres algo del refrigerador? – dije desde la cocina.

– No, gracias – respondió Asteria sentada sobre la alfombra del living, con su espalda apoyada en el sillón.

Cerca de ella estaba la mesa de centro, en la cual nuestras respectivas linternas flotantes iluminaban un mazo de cartas desparramado, algunos papeles en los que habíamos hecho dibujos tontos hace un rato; y junto a eso se apilaban algunas bolsas de snacks, y un par de latas y botellas de vidrio.

– Por cierto, ¿a qué viene todo esto? – preguntó Asteria.

– Pues creo que nos hacía falta un pequeño descanso – respondí mientras tomaba algunos snacks más de la alacena.

– Pero tu no tienes problemas para eso y yo no he estado durmiendo tan mal – dijo, a lo que la observé alzando mis cejas – Bien, me he pasado en vela alguna noches, pero tal vez es porque cada vez me produce más paranoia estar aquí...o porque tal vez estaba decidiendo qué regalarte.

– ¿Regalarme? ¿Por qué harias eso? Aún falta para mi nativersario.

– No, no es por tu cumpleaños. Tenía pendiente participar de cierta tradición Circeliana.

– No te estoy entendiendo.

– La caja que está en la isla de la cocina. Es tuya.

Curioso, deje de lado los snacks y me acerqué hacia el lugar señalado, donde descansaba una caja de tamaño medio de color plateado, con una notita pegada en la tapa.

"Estuve pensando durante mucho tiempo en lo que realmente podía conseguirte como regalo por la Alianza. Así que espero que te guste" decía la nota.

– Oh, no tenías que hacerlo – murmuré, mientras abría la caja.

Adentro había dos cosas y una nota.

– "Una brújula, por si alguna vez te sientes perdido en la Tierra; y un álbum de recuerdos, en caso de que alguna vez sea tu corazón el que se sienta perdido. Así podrás encontrar tu camino de vuelta, sin importar a dónde nos lleve la Alianza"- leí.

Había una brújula metálica, de color similar al de la caja. La tapa tenía un grabado de Circelus y sus tres lunas. Y al lado de eso, había un pequeño álbum de fotos de mi tiempo en la Tierra. Fotos grupales de antes de la ceremonia, fotos de la primera fiesta, la primera entrevista, selfies del backstage, de nuestros picnics en nuestro tiempo libre, incluso fotos de Denu y yo trabajando, y algunas de Asteria y mías que alguien más tomó. Mientras hojeaba las páginas llegué a la última, donde una pequeña tarjeta plateada tenía escrito con un marcador negro "no estás solo" y una carita sonriente.