Cap 7 - Ojos y ventanas

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Esa noche sorpresiva y agradablemente no hubo pesadillas, y a la mañana siguiente, Metis me despertó a las 8 en punto de la mañana

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Esa noche sorpresiva y agradablemente no hubo pesadillas, y a la mañana siguiente, Metis me despertó a las 8 en punto de la mañana.

Por un instante me pregunté dónde estaba, pero rápidamente los recuerdos del día anterior volvieron a mi mente y comprobé que al igual que cuando me fui a dormir, me encontraba en la casa número 2.

Preguntándome cuál sería el itinerario del día, me senté en el lado de la cama y bostecé.

- Hey Metis, ¿qué se supone que haré hoy?- pregunté tras desbloquear la pantalla de la tablet.

-El Comité de Contacto ha agendado desde las 9 hasta las 11 am para pruebas médicas, y desde las 11.30 am a las 1.00 pm tienes la primera clase de Estudios Extraterrestres.

-Estudios Extraterrestres, vaya.

Tras la breve conversación con la asistente virtual, tomé una ducha, y luego de vestirme con un top gris sin mangas, un polerón tie dye celeste con blanco y pantalones cargo negros de tiro alto, salí de la casa y mochila al hombro, desenganché la bicicleta nueva.

Una pequeña pantalla en el centro del manubrio se encendió al instante y tras proferir un pitido, una voz computarizada exactamente como la de Metis dijo "Buenos Días Asteria, la ruta ya ha sido cargada".

Contenta de ahorrarme el hecho de deambular perdida en un lugar aún parcialmente desconocido, comencé a pedalear, yendo hacia el edificio señalado por el GPS.

Como si se tratase de una de las grandes compañías de tecnología, anduve por sinuosos caminos donde pasé un gimnasio, una piscina de tipo olímpica, una biblioteca y hasta un campo de tiro. O al menos eso era lo que decían los carteles al frente de cada uno.

De pronto el camino volvió a ser solo bordeado por árboles y arbustos por aproximadamente un kilómetro. En vista de que nadie más iba por el camino, me tomé un segundo para cerrar los ojos y sentir el viento en mi rostro, y el sonido de los árboles y los pájaros. Sentí una paz que me había eludido por años, y la dejé invadirme por un momento.

"Gire a la derecha en 10 metros" - dijo el GPS de pronto, y por suerte abrí los ojos antes de estrellarme contra otra persona, que estaba detenida con su bicicleta mirando algo, más adelante.

-Mierda – murmuré apretando los frenos, hasta hacerlos chillar.

-Oh, Dios, lo siento. - dijo la muchacha de cabello largo y rubio dorado con flequillo, a la que casi arrollo.

-No, no hay problema...Creo que me distraje un poco con el camino– respondí, al mismo tiempo que observaba la prenda familiar que ella llevaba. - ¿También eres Representante?

Ella llevaba el polerón de la Alianza, un ligero sweater beige con diseño de hojas en tonos café y verdes, perfectamente combinado con una falda tableada de color café oscuro.

Espacios Desconocidos [Libro 1 Saga EsDes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora