Espacios Desconocidos [Libro 1 Saga EsDes]

Cap 15 - Un momento de calma

Lo primero que escuché fue una nota repetitiva, algo molesta, a la que luego le siguió una voz que dijo algo que no entendí, para luego volver el sonido agudo y pulsante anterior.

Parpadeé lentamente, tratando de poner en orden mis recuerdos del día anterior, pensando por un momento que estaba de vuelta en la Villa de la Alianza durmiendo sola en la casa número 2. Entonces me volví a acomodar en donde había estado, cómodamente abrazada a Jasper, cuyo rostro permanecía muy cerca de mi cuello.

Un segundo...

Abrí los ojos de pronto, e intenté moverme lentamente fuera de su abrazo sin despertarlo, pero entonces Jasper se movió, desperezándose, y al hacerlo su cabello desordenado rozó contra mi cuello, y luego sentí su aliento tibio, seguido por el roce de su nariz y sus labios sobre mi piel.

Por un instante de pantallazos azules en mi mente, me dejé llevar por apenas unos segundos en que sus brazos alrededor de mi cintura me acercaron a él solo un poco.

Su rostro entonces se alejó de mi cuello, y luego sus ojos café ambarino me observaron adormilados.

-Hey, buenos días Tierra- murmuró, su voz rasposa y sexy.

- Buenos días... Cielo- le respondí, y me di cuenta de que había sonado bastante más cursi que solo amigable. – eh...Jasper

- ¿Qué hay en los planes para hoy? – dijo él, acomodándose de lado en su almohada.

- Hay una cena con los embajadores de ambos planetas, y nada más – respondí, recordando el itinerario- Tal vez podríamos ir a la playa.

- Tal vez podríamos dormir un poco más – dijo Jasper con expresión inocente y adormilada.

Con el halo de un dolor de cabeza queriendo comenzar, miré la hora en mi celular, y era bastante más tarde de lo que había imaginado, pero aún así había tiempo libre de sobra hasta la cena.

- Okey, tu ganas- respondí, y luego volví a acomodarme bajo las mantas. Esta vez tratando de quedar lo más alejada de él. -Por cierto, gracias por el regalo.

-De nada.

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Después de unas cuantas horas más de agradable descanso, a eso de las 2 de la tarde, Jasper se despertó y fue al baño para darse una ducha. De igual forma, al rato yo me estiré en la cama y luego me levanté.

Aun en pijamas, caminé sin prisa hacia el ventanal que daba hacia el balcón, y tras abrirlo fui hasta la baranda y miré el paisaje. Palmeras cercando la vista, algunas aves volando y el sol iluminando la playa y el mar turquesa hasta donde la vista se perdía. Respiré profundo el aire marino, y sonreí.